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History of Civilization in England, Vol. 2 of 3
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‘La foiblesse de l'Espagne ne permettoit pas à son roi de se ressentir du traitement dont il croyoit à propos de se plaindre.’ Mémoires de Torcy, vol. i. p. 81. Or, as an eminent native writer bitterly says, ‘Las naciones estrangeras disponiendo de la monarquia española como de bienes sin dueño.’ Tapia, Civilizacion Española, vol. iii. p. 187.
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‘This royal throne of kings, this scepter'd isle,
This earth of majesty, this seat of Mars,
This other Eden, demi-paradise;
This fortress, built by nature for herself
Against infection and the hand of war;
This happy breed of men, this little world,
This precious stone set in the silver sea,
Which serves it in the office of a wall,
Or as a moat defensive to a house,
Against the envy of less happier lands;
This blessed plot, this earth, this realm, this England,
This nurse, this teeming womb of royal kings,
Fear'd by their breed and famous by their birth,
Renowned for their deeds as far from home,
For Christian service and true chivalry,
As is the sepulchre in stubborn Jewry
Of the world's ransom, blessed Mary's son:
This land of such dear souls, this dear, dear land,
Dear for her reputation through the world,
Is now leas'd out, I die pronouncing it,
Like to a tenement or pelting farm.’
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The Spanish theory of government is well stated in the following passage in Davila's Life of Philip III. The remarks apply to Philip II. ‘Que solo havia gobernado sin Validos ni Privados, tomando para sí solo, como primera causa de su gobierno, el mandar, prohibir, premiar, castigar, hacer mercedes, conocer sugetos, elegir Ministros, dar oficios, y tener como espiritu que andaba sobre las aguas, ciencia y providencia de todo, para que nada se hiciese sin su saber y querer: no serviendo los Ministros mas que de poner por obra (obedeciendo) lo que su Señor mandaba, velando sobre cada uno, como pastor de sus ovejas, para ver la verdad con que executan sus mandamientos y acuerdos.’ Davila, Historia de Felipe Tercero, lib. i. pp. 22, 23.
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Even Philip II. always retained a certain ascendency over the ecclesiastical hierarchy, though he was completely subjugated by ecclesiastical prejudices. ‘While Philip was thus willing to exalt the religious order, already far too powerful, he was careful that it should never gain such a height as would enable it to overtop the royal authority.’ Prescott's History of Philip II., vol. iii. p. 235. ‘Pero este monarca tan afecto á la Inquisicion mientras le servia para sus fines, sabia bien tener á raya al Santo Oficio cuando intentaba invadir ó usurpar las preeminencias de la autoridad real, ó arrogarse un poder desmedido.’ Lafuente, Historia de España, vol. xv. p. 114.
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‘Por cuyo absoluto poderío se executaba todo.’ Yañez, Memorias para la Historia de Felipe III., Prologo, p. 150. ‘An absoluteness in power over king and kingdom.’ Letter from Sir Charles Cornwallis to the Lords of the Council in England, dated Valladolid, May 31, 1605, in Winwood's Memorials, vol. ii. p. 73, London, 1725, folio. ‘Porque no era fácil imaginar entónces, ni por fortuna se ha repetido el ejemplo después, que hubiera un monarca tan pródigo de autoridad, y al propio tiempo tan indolente, que por no tomarse siquiera el trabajo de firmar los documentos de Estado, quisiera dar á la firma de un vasalla suyo la misma autoridad que á la suya propia, y que advirtiera y ordenára, como ordenó Felipe III. á todos sus consejos, tribunales, y súbditos, que dieran á los despachos firmados por el duque de Lerma el mismo cumplimiento y obediencia, y los ejecutáran y guardáran con el mismo respeto que si fueran firmados por él.’ Lafuente, Historia de España, vol. xv. pp. 449, 450. ‘El duque de Lerma, su valído, era el que gobernaba el reino solo.’ vol. xvii. p. 332. His power lasted from 1598 to 1618. Ortiz, Compendio, vol. vi. pp. 290, 325.
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Davila (Historia de Felipe Tercero, lib. ii. p. 41), after eulogizing the personal qualities of Lerma, adds, ‘Y sin estas grandes partes tuvo demostraciones christianas, manifestandolo en los conventos, iglesias, colegiatas, hospitales, ermitas y catedras, que dejó fundadas, en que gastó, como me consta de los libros de su Contaduría, un millon ciento cincuenta y dos mil doscientos ochenta y tres ducados.’ After such monstrous prodigality, Watson might well say, in his rather superficial, but, on the whole, well-executed History, that Lerma showed ‘the most devoted attachment to the church,’ and ‘conciliated the favour of ecclesiastics.’ Watson's History of Philip III., London, 1839, pp. 4, 8, 46, 224.
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The only energy Philip III. ever displayed, was in seconding the efforts of his minister to extend the influence of the Church; and hence, according to a Spanish historian, he was ‘monarque le plus pieux parmi tous ceux qui out occupé le trône d'Espagne depuis saint Ferdinand.’ Sempère, Monarchie Espagnole, vol. i. p. 245. ‘El principal cuidado de nuestro Rey era tener á Dios por amigo, grangear y beneficiar su gracia, para que le asistiese propicio en quanto obrase y dixese. De aqui tuvieron principio tantos dones ofrecidos á Dios, tanta fundacion de Conventos, y favores hechos á Iglesias y Religiones.’ Davila, Historia de Felipe Tercero, lib. ii. p. 170. His wife, Margaret, was equally active. See Florez, Reynas Catholicas, vol. ii. pp. 915, 916. ‘Demas de los frutos que dió para el Cielo y para la tierra nuestra Reyna, tuvo otros de ambas lineas en fundaciones de Templos y obras de piedad para bien del Reyno y de la Iglesia. En Valladolid fundó el Convento de las Franciscas Descalzas. En Madrid trasladó á las Agustinas Recoletas de Santa Isabel desde la calle del Principe al sitio en que hoy estan. Protegió con sus limosnas la fundacion de la Iglesia de Carmelitas Descalzas de Santa Ana; y empezó á fundar el Real Convento de las Agustinas Recoletas con titulo de la Encarnacion en este misma Corte, cuya primera piedra se puso á 10 de Junio del 1611. En la parroquia de S. Gil junto al Palacio introdujo los Religiosos Franciscos, cuyo Convento persevera hoy con la misma advocacion.’ How the country fared, while all this was going on, we shall presently see.
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The burden of the petition was, ‘Que se tratasse con mas veras de poner limite á los bienes, que se sacauan cada dia del braço Seglar al Eclesiastico, enflaqueciendo no tan solo el patrimonio Real, mas el comun, pues siendo aquel libre de pechos, contribuciones, y gauelas, alojamientos, huespedes, y otros grauamenes mayores, presidios, guerras, y soldados.’ … ‘Que las Religiones eran muchas, las Mendicantes en excesso, y el Clero en grande multitud. Que auia en España 9088 monasterios, aun no cõtando los de Monjas. Que yuan metiẽdo poco á poco, con dotaciones, cofradias, capellanias, o con cõpras, á todo el Reyno en su poder. Que se atajasse tanto mal. Que huuiesse numero en los frayles, moderacion en los Cõuentos, y aun en los Clerigos seglares.’ Cespedes, Historia de Don Felipe IV., Barcelona, 1634, fol. lib. vii. cap. 9, p. 272 rev. This is the only noticeable passage in an unusually dull chronicle, which, though professing to be a history of Philip IV., is confined to the first few years of his reign.
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‘En este año, que iba escribiendo esta Historia, tenian las Ordenes de Santo Domingo, y S. Francisco en España, treinta y dos mil Religiosos, y los Obispados de Calahorra y Pamplona veinte y quatro mil clerigos; pues qué tendran las demas Religiones, y los demas Obispados?’ Davila, Historia de Felipe Tercere, lib. ii. p. 215. See also cap. xcvii. pp. 248, 249; and, on the increase of convents, see Yañez, Memorias para la Historia de Felipe III., pp. 240, 268, 304, 305.
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‘The reign of Philip III., surnamed from his piety the Good, was the golden age of Churchmen. Though religious foundations were already too numerous, great additions were made to them; and in those which already existed, new altars or chancels were erected. Thus, the duke of Lerma founded seven monasteries and two collegiate churches; thus, also, the diocese of Calahorra numbered 18,000 chaplains, Seville 14,000. How uselessly the ministers of religion were multiplied, will appear still more clearly from the fact that the cathedral of Seville alone had a hundred, when half-a-dozen would assuredly have been sufficient for the public offices of devotion.’ Dunham's History of Spain, vol. v. p. 274. According to the passage quoted in note 93, from Davila, there were twenty-four thousand ‘clerigos’ in the two dioceses of Calahorra and Pamplona.
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‘Entre tanto crecia por instantes y se aumentaba prodigiosamente el poder y la autoridad de la Iglesia. Sus pingües riquezas desmembraban de una manera considerable las rentas de la corona; y el estado eclesiástico, que muchos abrazaron en un principio á consecuencia de las desgracias y calamidades de la época, fué despues el mas solicitado por las inmensas ventajas que ofrecia su condicion comparada con la de las clases restantes.’ Antequera, Historia de la Legislacion, pp. 223, 224. See also in Campomanes, Apendice á la Educacion, Madrid, 1775–1777, vol. i. p. 465, and vol. iv. p. 219, a statement made by the University of Toledo in 1619, or 1620, that ‘hay doblados religiosos, clerigos y estudiantes; porque ya no hallan otro modo de vivir, ni de poder sustentarse.’ If the eye of M. Lafuente had lighted upon this and other passages, which I shall shortly quote from contemporary observers, he would, I think, have expressed himself much more strongly than he has done respecting this period, in his recent brilliant, but unsatisfactory, History of Spain. On the great wealth of the convents in 1679, when the rest of the country was steeped in poverty, see a letter dated Madrid, July 25, 1679, in D'Aulnoy, Relation du Voyage d'Espagne, Lyon, 1693, vol. ii. p. 251. But the earliest evidence I have met with is in a letter, written in 1609, to Prince Henry of England, by Sir Charles Cornwallis, the English ambassador at Madrid. ‘The furniture of their churches here, and the riches and lustre of their sepulchres made in every monasterie (the general povertye of this kingdome considered), are almost incredible. The laity of this nation may say with Davyde (though in another sense), “Zelus domus tuæ comedit me:” for, assuredly, the riches of the Temporall hath in a manner all fallen into the mouthes and devouring throates of the Spiritual.’ Winwood's Memorials of Affairs of State, vol. iii. p. 10, London, 1725, folio.
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‘Deux millions de ducats, que le clergé possédait sous le règne de Charles V, étaient réputés comme un revenu exorbitant; et, un demi-siècle plus tard, lorsque ces revenus s'élevaient à huit millions, on qualifiat d'hérétique, toute proposition tendant à opérer quelque modification dans leur accroissement.’ Sempère, Monarchie Espagnole, vol. ii. p. 16.
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In a work on Spanish literature which was published about seventy years ago, and which, at the time of its appearance, made considerable noise, this peculiarity is frankly admitted, but is deemed rather an honour to Spain than otherwise, inasmuch as that country, we are told, has produced philosophers who have gone much deeper into things than Bacon, Descartes, and Newton, who, no doubt, were clever men, but were nowise comparable to the great thinkers of the Peninsula. Such assertions, proceeding, not from some ignorant despiser of physical science, who contemns what he has never been at the pains to study, but from a really able and, in some respects, competent judge, are important for the history of opinion; and as the book is not very common, I will give two or three extracts. ‘Confiesan los Franceses con ingenuidad que Descartes fué un novelista: y con todo eso quieren hacerle pasar por el promotor de la filosofía en Europa, como si su filosofía se desemejase mucho de la que dominaba en las sectas de la antigüedad. Su tratádo “Del Metodo” es nada en comparacion de los libros “De la Corrupcion de las Artes” de Juan Luis Vives, que le antecedió buen número de años.’ Oracion Apologética por la España y su Mérito Literario por D. J. P. Forner, Madrid, 1786, p. xi. ‘No hemos tenido en los efectos un Cartesio, no un Neuton: démoslo de barato: pero hemos tenido justísimos legisladores y excelentes filósofos prácticos, que han preferido el inefable gusto de trabajar en beneficio de la humanidad á la ociosa ocupacion de edificar mundos imaginarios en la soledad y silencio de un gabinete.’ p. 12. ‘Nada se disputaba en España.’ p. 61. At p. 143 a comparison between Bacon and Vives; and the final decision, p. 146, that Vives enjoys ‘una gloriosa superioridad sobre todos los sabios de todos los siglos.’
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The final profession was not made till 1616; but he began to wear the clothes in 1613. ‘Tal era su situacion el sábado santo 2 de abril’ [1616] ‘que por no poder salir de su casa hubieron de darle en ella la profesion de la venerable órden tercera de San Francisco, cuyo hábito habia tomado en Alcalá, el dia 2 de julio de 1613.’ Navarrete, Vida de Cervantes, p. cii. prefixed to Don Quijote, Barcelona, 1839. Even in 1609, says Navarrete, (p. lxii.), ‘Se ha creido que entónces se incorporó tambien Cervantes, como lo hizo Lope de Vega, en la congregacion del oratorio del Caballero de Gracia, mientras que su muger y su hermana doña Andrea se dedicaban á semejantes ejercicios de piedad en la venerable órden tercera de San Francisco, cuyo hábito recibieron en 8 de junio del mismo año.’
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Ticknor's History of Spanish Literature, vol. ii. pp. 125, 126, 137, 147, 148.
1263
Ibid. vol. ii. p. 374. Biographie Universelle, vol. xxx. pp. 149, 150.
1264
Ticknor's History of Spanish Literature, vol. ii. pp. 276, 327.
1265
Ticknor, vol. ii. p. 327.
1266
Bouterwek's History of Spanish Literature, vol. i. p. 525. But the best account is that given by his biographer, who assures us of two facts; that he received ‘todas las órdenes sagradas,’ and that he was ‘devotísimo de María santísima.’ Vida de Solis, p. 15, prefixed to Solis, Historia de la Conquista de Mejico, edit. Paris, 1844.
1267
Biographie Universelle, vol. xl. p. 319.
1268
‘Sacerdote soy.’ Davila, Historia de la Vida de Felipe Tercero, lib. ii. p. 215.
1269
Biographie Universelle, vol. xxvii. p. 42.
1270
Ibid. vol. xxix. p. 80.
1271
Ibid. vol. vii. p. 219.
1272
Ibid. vol. ii. p. 293.
1273
Ticknor's History of Spanish Literature, vol. iii. p. 177.
1274
Ibid. vol. ii. p. 491, vol. iii. pp. 117, 118.
1275
Sismondi's Literature of the South of Europe, vol. ii. p. 348, London, 1846.
1276
‘Pero en fin murio Don Andres Martinez, y sucediole en la Canongia nuestro Bartholome.’ Pellicer, Ensayo de una Bibliotheca, Madrid, 1778, 4to. p. 94. This was the younger Argensola.
1277
Ticknor's History of Spanish Literature, vol. ii. p. 486.
1278
‘Occupied a high place in the Inquisition.’ Ticknor, vol. ii. p. 507. ‘Prit les ordres, et obtint un canonicat.‘**RSQUBiographie Univ. vol. xxxviii. p. 120.]
1279
In 1663 Philip IV. ‘le honró con otra Capellanía de honor en su real Capilla.’ Vida de Calderon, p. iv., prefixed to Las Comedias de Calderon, edit. Keil, Leipsique, 1827.
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‘Calderon is, in fact, the true poet of the Inquisition. Animated by a religious feeling, which is too visible in all his pieces, he inspires me only with horror for the faith which he professes.’ Sismondi's Literature of the South of Europe, vol. ii. p. 379. Compare Lewes on the Spanish Drama, pp. 176–179.
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Salfi says, ‘Calderon de la Barca excite encore plus une sorte d'indignation, malgré son génie dramatique, qui le mit audessus de Vega, son prédécesseur. En lisant ses drames sans prévention, vous diriez qu'il a voulu faire servir son talent uniquement à confirmer les préjugés et les superstitions les plus ridicules de sa nation.’ Ginguenè, Histoire Littéraire d'Italie, vol. xii. p. 499, Paris, 1834.
1282
‘Entró en el año de 1622 á ser Relator del Consejo de la General Inquisicion, cuyo empleo servió y desempeñó con todo honor muchos años.’ And he declared, ‘en esta clausula de su Testamento: “Y por quanto yo y mis hermanos y toda nuestra familia nos hemos sustentado, autorizado y puesto en estado con las honras y mercedes, que nos ha hecho el santo Oficio de la Inquisicion, á quien hemos servido como nuestros antepassados; encargo afectuosissimamente á todos mis successores le sean para siempre los mas respetuosos servidores y criados, viviendo en ocupacion de su santo servido, procurando adelantarse y señalarse en él, quanto les fuere possible, en qualquiera de sus ministerios; pues todos son tan dignos de estimacion y veneracion.”’ La Mosquea, por Villaviciosa, Prologo, pp. x.–xii., edit. Madrid, 1777.
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‘Hardly a convent or a saint of any note in Spain, during the sixteenth and seventeenth centuries, failed of especial commemoration; and each of the religious orders and great cathedrals had at least one historian, and most of them several. The number of books on Spanish ecclesiastical history, is, therefore, one that may well be called enormous.’ Ticknor's History of Spanish Literature, vol. iii. p. 132. Forner assures us, somewhat needlessly, of what no one ever doubted, that ‘los estudios sagrados jamas decayéron en España.’ Forner, Oracion Apologética, Madrid, 1786, p. 141.
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In 1623, Howell writes from Madrid: ‘Such is the reverence they bear to the church here, and so holy a conceit they have of all ecclesiastics, that the greatest Don in Spain will tremble to offer the meanest of them any outrage or affront.’ Howell's Letters, edit. London, 1754, p. 138. ‘The reverence they show to the holy function of the church is wonderful; Princes and Queens will not disdain to kiss a Capuchin's sleeve, or the surplice of a priest’ … ‘There are no such sceptics and cavillers there, as in other places.’ p. 496. In 1669, another observer writes: ‘En Espagne les Religieux sont les maîtres, et l'emportent partout où ils se trouvent.’ Voyages faits en divers Temps en Espagne, Amsterdam, 1700, p. 35. And, to quote one more authority, the following picture is given of Spanish society in the reign of Philip IV.: ‘No habia familia con quien no estuvieran entroncados los frailes por amistad ó parentesco; ni casa que les cerrara sus puertas; ni conversacion en que no se les cediera la palabra; ni mesa en que no se les obligara á ocupar la primera silla; ni resolucion grave entre ricos ó pobres que se adoptara sin su consejo; y si no tomaban parte en ellas, las satisfacciones domésticas no eran cabales.’ Rio, Historia del Reinado de Carlos III., vol. i. p. 94.
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‘Le cardinal de Richelieu, qui n'étoit pas très-susceptible de pitié, l'appelle “le plus hardi et le plus barbare conseil dont l'histoire de tous les siècles précédens fasse mention.”’ Sismondi, Histoire des Français, vol. xxii. p. 163, Paris, 1839.
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‘Porque los Reyes queriendo, que en todo el Reino fuesen Christianos, embiaron á Frai Francisco Ximenez, que fue Arzobispo de Toledo i Cardenal, para que los persuadiese. Mas ellos, gente dura, pertinaz, nuevamente conquistada, estuvieron recios,’ Mendoza, Guerra de Granada que hizo Felipe II. contra los Moriscos, Valencia, 1776, 4to. p. 10. The author of this book was born early in the sixteenth century, at Granada, where he lived for a considerable period.
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‘L'année 1526 vit donc disparaître dans toutes les parties de l'Espagne les signes extérieurs de l'islamisme.’ Circourt, Hist. des Arabes d'Espagne, Paris, 1846, vol. ii. p. 220. M. Lafuente (Historia de España, vol. x. p. 132) says of 1502, that ‘desde entónces, por primera vez al cabo de ocho siglos, no quedo un solo habitante en España que esteriormente diera culto á Mahoma:’ but in vol. xi. p. 447, he says that, in 1524, ‘volvieron inmediatamente á sus ritos y ceremonias muslímicas.’ As M. de Circourt was well acquainted with all the materials used by M. Lafuente, and is, moreover, a much more critical writer, it seems likely that his statement is the correct one.
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‘Ces malheureux auraient tous été exterminés, s'ils n'avaient consenti à recevoir le baptême. Au milieu des décombres de leurs maisons, sur les cadavres fumans de leurs femmes, ils s'agenouillèrent. Les germanos, ivres de sang, firent l'office de prêtres; l'un d'eux prit un balai, aspergea la foule des musulmans, en prononçant les paroles sacramentelles, et crut avoir fait des chrétiens. L'armée des germanos se répandit ensuite dans le pays environnant, saccageant d'abord, baptisant après.’ Circourt, Histoire des Arabes d'Espagne, vol. ii. p. 175. See also p. 202.
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That was their general name; but, in Aragon, they were termed ‘“tornadizos,” en lenguage insultante.’ Janer, Condición de los Moriscos de España, Madrid, 1857, p. 26.
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‘Recibieron el Sacramento por comodidad, no de voluntad, y asi encubrian todo lo possible el viuir y morir en la secta de Mahoma, siendo infieles apostatas.’ Vanderhammen's Filipe Segundo, p. 12. ‘Porque la Inquisicion los comenzó á apretar mas de lo ordinario.’ Mendoza, Guerra de Granada, p. 20. ‘Poner nuevo cuidado i diligencia en descubrir los motivos destos hombres,’ p. 26. And yet this very writer has the impudence to declaim against Mohammedanism as a cruel religion. ‘Cruel i abominable religion aplacar á Dios con vida i sangre innocente!’ pp. 107, 108.
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Vanderhammen (Filipe Segundo, p. 12, Madrid, 1632) merely tells us that ‘Por cedula el año sesenta y seis les mandó dexassen el habito, lengua y costumbres de Moros, y fuessen Christianos y lo pareciessen.’ But the exact provisions were, ‘Que dentro de tres años aprendiesen los moriscos á hablar la lengua castellana, y de allí adelante ninguno pudiese hablar, leer ni escriber arábigo en publico ni en secreto: que todos los contratos que se hiciesen en arábigo fuesen nulos: que todos los libros así escritos los llevasen en término de treinta dias al presidente de la audiencia de Granada para que los mandase examinar, devolviendoseles aquellos que no ofrecieran inconveniente para que los pudiesen guardar solo durante los tres años: que no se hicieran de nuevo marlotas, almalafas, calzas ni otra suerte de vestidos de los que se usaban en tiempos de moros; que durante este tiempo, las mujeres vestidas á la morisca llevarian la cara descubierta; que no usasen de las ceremonias ni de los regocijos moros en las bodas, sino conforme al uso de la Santa Madre Iglesia, abriendo las puertas de sus casas en tales dias, y tambien en los de fiesta, no haciendo zambras ni leylas con instrumentos ni cantares moriscos, aunque no dijesen en ellos cosas contraria á la religion cristiana,’ &c. Janer, Condicion de los Moriscos, pp. 31, 32, where other particulars will be found, which should be compared with Circourt, Histoire des Arabes d'Espagne, vol. ii. pp. 278, 283, 459–463.