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Historia de Venezuela, Tomo I
Historia de Venezuela, Tomo I

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CAPITULO SEGUNDO

En el qual se escriue como llegado a Coro Jorge Espira luego echo la gente la bia de los llanos, y el se fue tras de ella para descubrir aquella via, y como el teniente Fedreman se quedo en Coro para yr a Santo Domingo a hazer mas gente.

Llegado Jorge Espira a Coro, que fue por el año de treynta y quatro(A), y viendo el mal adereço que en aquel pueblo abia para poderse detener ni sustentar alli tanta gente como el abia traydo y los demas que en el pueblo estaban, dio luego horden en adereçar su entrada, y porque los nabios en que abia venido eran de vn flamenco vezino de San Lucar, llamado Pero Marques, no fuesen sin alguna joya de la tierra, embio çierta conpañia de soldados a vna provinçia de yndios dichos pirahavas66, ymfamados de gente yndomita y de mala digistion para con españoles, y entiendo que lo deven ser, porque hasta el dia de hoy se estan rrebeldes esos pocos que quedaron sin querer ninguna amistad ni conformidad con los españoles que siempre an rresidido en Coro, y trayendole çierta cantidad de yndios de la parte dicha, los hizo esclavos y los entrego al señor de los nabios, y con esto los despacho y se fueron la buelta despaña, y el se quedo aprestando con toda diligençia para entrar la tierra adentro a seguir su nuebo descubrimiento. Y porque como en el capitulo antes de este apunte, Jorge Espira y Fedreman hizieron dos jornadas casi a vn mesmo tienpo, avnque salieron por diferentes caminos, yremos tocando por su horden de cada vno y del subçeso de su descubrimiento sin hazer ninguna distinçion en sus Istorias, mas de dar entera notiçia de entrambos, avnque mezclada, pero de suerte que se entienda.

Quiriendo, pues, salir de Coro Jorge Espira, como he dicho, a su descubrimiento, de pareçer de algunos españoles platicos en la tierra y diestros en la gerra de los yndios, a quien suelen llamar ysleños, dividio su gente en dos partes, y la vna, que serian dozientos, con los capitanes Cardenas y Martin Gonçalez y Micer Andrea, embio por las sierras que entiendo ser lo que agora llaman las sierras de Carora, a pie y sin caballos, por pareçelles que aquella tierra tenia dispusiçion de muy aspera y que por ella no podian yr ni atrabesar los caballos; y tanbien hizo esta division el gobernador Jorge Espira porque aquella provinçia no la tenian por muy fertil, y si todos yvan juntos por vn mesmo camino, yrian en abentura de padecer hanbre.

Encamino esta gente delante, y mandoles que le esperasen en saliendo a los llanos, y el se quedo en Coro dando traça y horden como su tieniente Fedreman se abiase para seguir su jornada. Conçertaron que Fedreman fuese a Santo Domingo y tomase de los fatores de los Bezares todo lo que obiese menester para caballos y abios de soldados, y haziendo toda la mas gente que pudiese se bolviese a Coro, y con los soldados y capitanes que alli le quedaban siguiese su jornada por de la otra parte de la cordillera, que cae sobre los llanos de Venençuela, porque Jorge Espira abia de yr bojando67 la cordillera por la parte de los llanos, y llevandola entramos capitanes en medio, verian mejor lo que en ella abia, porque como en este tiempo no se abia visto lo que era la cordillera, considerabanla muy angosta y estrecha, y en tal forma que la podian tomar en medio los dos capitanes, lo qual era ymposible segun adelante se podra ber; y dando Jorge Espira para todo lo dicho muy cumplida ynstruccion y rrecavdos a Fedreman, se partio de Coro con el rresto de la gente y con ochenta caballos, y tomando la derrota de la Burburata por la rribera de la mar, prosiguio su camino a encontrarse con la gente de a pie que de delante abia enbiado por las sierras, los quales, como eran rrezien venidos de España y no hechos a aquel trabaxo, y el tiempo ynbernizo y de muchas aguas, tenian por yntolerable aquella manera de bivir y grangear la bida, y tambien, no obstante la pesadumbre quel camino y el ynbierno les daba, los yndios naturales de las tierras por do yvan les acometian muchas vezes dandoles guaçabaras, y procurando estorvalles el pasaje, los peones lo hizieron tan bien que rresistiendo a todas estas contrabersias, avnque trabajosamente, pasaron toda aquella serrania, que serian sesenta leguas, y fueron a dar consigo a vna provinçia llamada Burabre68, que esta al prinçipio de los llanos y a las espaldas de donde agora esta poblada en esta propia governaçion la çiudad del Tocuyo, cuyos naturales eran en mucha cantidad y muy belicosos, y gerreros en tanta manera que desde que esta gente española de a pie entraron en su territorio hasta que los echaron y ahuyentaron del, nunca çesaron de darles guaçabaras y alcançes, y avnque los españoles tenian cantidad de arcabuzes, no les aprovechaban de ninguna cosa, porque el tiempo era de aguas y los yndios estaban ya tan amaestrados y diestros que nunca benian a berse con los españoles y tener con ellos sus rrefriegas, sino era quando mas llovia, con que salian vitoriosos.

Visto los españoles el daño que de los yndios rreçebian y el que la hanbre les cavsaba, que no hallavan comida en aquella provincia por tenella los naturales alçada y puesta en cobro, acordaron rretirarse y bolver atras a encontrarse con el governador Jorge Espira y la demas gente de a caballo que avn a esta sazon no abian llegado a donde ellos estaban; y tomando por ynstrumento y amparo desta su tornabuelta la escuridad de la noche, que para esto solo les era faborable, se rretiraron y salieron de aquel sitio y poblazon donde estaban con la mejor horden y silencio que pudieron para no ser sentidos de sus enemigos, los quales cada dia se yban acreçentando y tomando mas abilantez y osadia por no rrecebir ningun daño de los españoles, los quales si mas tiempo alli estuvieran o permaneçieran, rreçibieran muy gran daño de los naturales.

Rretirados los españoles, como esta dicho, se alexaron y apartaron lo que pudieron destos naturales, de suerte que no pudiesen ser danificados de ellos; y avnque abia pareçeres que no parasen hasta donde topasen a su governador, los muchos heridos y enfermos que trayan no les dieron lugar a que hiziesen tan larga via o rrebuelta como querian. Rranchearonse o hizieron asiento en el desenbocadero que dizen de Barquiçimeto, donde esperaron al governador Jorge Espira y a los que con el yvan por la rribera de la costa, que con menos trabaxo que los de a pie abian llevado, por llevar consigo todos los caballos e yr por tierra mas apazible y andadera y de naturales mas domesticos.

Ya que los soldados de a pie y sus capitanes abian descansado en el aloxamiento dicho del desenbocadero de Barquiçimeto, asomo el governador a vista de ellos por vn alto, con que se alegraron y rregoçijaron y alibiaron los enfermos, y juntos todos en aquel alojamiento, dieronse largas noticias los vnos a los otros del suçeso de sus viajes, y cada qual rrecontaba sus trabaxos por mayores, pasando el tiempo en esto en tanto que el governador con sus consejeros daban horden en la derrota que de alli adelante se abia de tomar, y en el modo que se abia de tener para mejor descubrir e yr viendo la tierra.

NOTAS AL CAPITULO II

(A) Según el licenciado Pérez de Tolosa, no fué en 1534, como dice el P. Aguado, sino en Enero de 1535, cuando Jorge de Spira llegó á Coro, con provisiones de Su Majestad, para gobernar la provincia de Venezuela.

«Llevó consigo, añade la Relación, dos naos cargadas de muchos mantenimientos y ropa, y otros dos navios cargados de caballos, á costa de los Velzares; y llevó consigo nuevamente quatrocientos españoles; diose toda esta dicha hazienda en precios moderados á la dicha gente y bajose el precio en las sillas y caballos; conque de consentimiento de Justicia, Regidores y Oficiales se hizo estatuto, que si alguno de los que tomaban ropa muriese sin dejar de que pagar, se pagase lo que el tal debia por la república y comun de toda la gente; no embargante que no se halla que cosa destas se pagase en voz de república».

CAPITULO TRES

En el qual se escrive como despues de junto Jorge Espira con su gente, paso adelante, hasta llegar a la poblazon de Chacarigva, donde tubieron el ynbierno.

Platicado el Governador con sus ysleños espirmentados sobre la derrota y bia que abian de llevar, determinaron que debian seguir la bia de los llanos, llevando la cordillera que a mano derecha tenian por guia, no perdiendola de bista; y con esta determinaçion alço el Governador su canpo y començo a marchar hazia las poblazones de Buravre, que es donde abian hecho rretirar a los capitanes Cardenas y Martin Gonzalez y Miçer Andrea69 con la gente de a pie, cuyos moradores avn no abian dexado las armas de las manos, antes como gente vitoriosa deseavan la buelta de los españoles a su tierra, entendiendo desbaratallos y gozar de sus despojos; y como entendian que no se abian alexado de ellas muchas jornadas tenian puestas sus çentinelas y espias en partes altas, sobre arboles, donde por mucha distançia pudiesen señorear con la vista los caminos por do los españoles podian entrar en su tierra. Y como este tienpo se acercase, y la gente del Governador llegase a vista de los espias, ellas luego dieron aviso de ello a sus prinçipales y gente de sus pueblos, los quales, juntandose en gran numero, porque era la tierra muy poblada, muy regozijados y armados segun costumbre, salieron al encuentro fuera de su pueblo a rrecebir a los españoles con las armas en las manos, y no mirando en la gente y caballos que en el campo se abian acreçentado, porque hasta entonçes estos yndios no abian visto caballos ni sabian el daño que con ellos se hazia, arremetieron con buen animo a los españoles, los quales venian aperçebidos para rreçebir y rresistir el ympetu de los yndios, y rrebatiendo los españoles esta primer arremetida de los yndios sin que les hiziesen daño alguno, salieron a ellos los de a caballo y començaron a herir y alançear aquella gente desnuda, avnque no de ánimo, de suerte que en breve espaçio los desbarataron y constriñeron a que perdiendo su primer brio, bolviesen las espaldas y cada qual procurase poner en salbo su persona, dexando hecho muy poco daño en los españoles, mas de aber herido algunos livianamente, de suerte que nadie peligro: solo mataron dos caballos.

El Governador, abida esta vitoria, se fue derecho a las poblazones de los yndios y en ellas se alojo y estubo quinze dias, por aber en esta sazon cargado las aguas de suerte que no se podia caminar.

Es toda esta tierra de los llanos en general muy abundante de caça de venados, y como la yerba que en ella se cria son pajonales muy altos, façilmente los alcançan los de a caballo y los alançean; y como estas poblazones de Caravre no tenian la abundançia de comidas que para tanta gente era menester, especialmente que, como he dicho, todos los yndios fueron forçados algunos de a caballo yr alançear o caçar venados para sustentarse y dar algun rrefresco a la gente que llevaban enferma, que padeçian doblada neçesidad, entre los quales salio vno llamado Orejon, y apartandose de sus conpañeros en seguiento70 de vn benado, se alexo tanto de ellos y del alojamiento, que despues de alcançar y matar el venado, nunca pudo atinar a salir por do abia entrado en aquellos llanos. Los demas españoles, sin poder matar ningun venado, por rrespeto de estar la tierra muy harta de agua y no poder correr los caballos por ella, se bolvieron al rreal, y echando menos al conpañero Orejon y dando de ello notiçia al Governador, hizo sus diligençias mandando tirar muchos arcabuzazos, para que con el estruendo de ellos pudiese atinar a salir de donde estaba, y ninguna cosa aprovecho. Finalmente, el pobre Orejon, español, se quedo en la canpiña o çabana aquella noche, y abiendolo visto los yndios naturales andar desbariado y que se quedaba alli aquella noche, se juntaron cantidad de ellos y fueron donde estaba durmiendo, y sin que fuesen sentidos lo tomaron a manos y con su propia espada le cortaron la cabeça. El caballo deste español andaba suelto, y con el bulliçio de los yndios se espanto y se fue a donde estaban los demas españoles alojados, de donde conjeturaron su mal subçeso.

El governador embio luego vn capitan con gente a buscar rrastro o señales deste español entre los yndios, los quales dando en çierto lugar o rrancheria donde muchos yndios estaban congregados y fortificados, hallaron la espada del muerto y parte de la cabeça coçida para comer, y el casco de ella adereçado para bever en el, y con esto no curaron de buscar mas a su conpañero, sino prendiendo alguna gente de la que en aquel lugar estaba hizieron el castigo o bengança de la muerte del español, matando culpados y no culpados, a los vnos por lo que hizieron y a los otros por que adelante no hiziesen daño(A).

Pasado esto y el tiempo dicho, se tubo notiçia de otra provinçia que mas adelante estaba, llamada Chacarigua(B), de tierra mas alta y ayrosa y abundante de comida, a la qual se fue luego el Governador con toda su gente, y alojandose en ella en parte comoda, tubo alli el ynbierno, que serian tres meses, donde se le murieron algunos españoles de los que yvan enfermos, y algunos otros que costreñidos y forçados de la hambre a buscar que comer, se yvan a pescar algo apartados del alojamiento, donde eran miserablemente muertos de los yndios abitadores de aquella provinçia y de tigeres71, de los quales generalmente en todos estos llanos, desde su prinçipio hasta el cabo, ay mucha abundançia, que an hecho harto daño en españoles y en los propios naturales que por aquellas comarcas abitan, hasta despoblar y arruynar muchos pueblos de yndios, dexandolos desiertos e ynabitables.

NOTAS AL CAPITULO III

(A) El Padre Simón cuenta casi en los mismos términos la muerte de Orejón y el castigo impuesto á los indios por Juan de Villegas, que fué, según Oviedo y Baños, el capitán que envió Spira en busca de aquel soldado, y cuyo nombre omite el Padre Aguado.

Una vez más se evidencia que el autor de las Noticias historiales no hizo más que seguir el relato del Padre Aguado, según el manuscrito de éste, introduciendo pequeñas variantes.

(B) Como ocurre con la mayor parte de los nombres indios, los autores denominan de diferentes maneras á esta provincia.

Chacarigua escribe el Padre Aguado; Acaricagua, el Padre Simón, y Acarigua, Pérez de Tolosa y Oviedo y Baños.

CAPITULO QUARTO

En el qual se escrive como Fedreman enbio gente la buelta del Cabo de la Vela, y el se fue a Santo Domingo a rrehazerse de mas soldados y caballos, y la prision que esta gente de Fedreman hizieron de çiertos soldados de Santa Marta y del capitan Rribera, que con ellos estaba.

En tanto que con los acaeçimientos dichos proseguia su descubrimiento Jorge Espira, su tiniente Nicolas Fedreman dio prinçipio a su jornada y descubrimiento por muy diferente camino del que abia dicho Jorge Espira, y avn con muy diferente proposito, porque en juntando72 que en Coro pudo juntar, nombro por su alcalde mayor a Antonio de Chaves, y los encamino la buelta de la laguna de Maracaybo, para que pasando y atrabesando de la otra banda de aquel ancho lago, marchasen la buelta del Cabo de la Vela, donde le esperasen, y el abia de acudir por mar con la gente y caballos que en Santo Domingo, isla española, abia de hazer a costa de los Bezares, conforme a la facultad que para ello le abia dado Jorge Espira, su governador, y de alli proseguir su jornada por la horden que se vera en el discurso desta Istoria.

Y con este conçierto y acuerdo el se embarco para Santo Domingo, y Antonio de Chaves prosiguio su viaje con su gente, derecho a la laguna de Maracaybo, donde ya estaba vn capitan llamado Martinez, que con el nabio que Miçer Ambrosio metio en esta laguna, y la canoa grande de quien abemos hecho mençion, y otros barcos sustentaba y proveya de comidas la gente que Miçer Ambrosio abia dexado en su aloxamiento o rrancheria, que ya a esta sazon tenian titulo de pueblo, y por tal se sustentaban alli, avnque trabajosamente; y este Martinez corria toda la laguna hasta la culata, con obra de sesenta honbres que consigo tenia, y proveya, como he dicho, de mantenimientos a la gente del pueblo o rrancheria, y el se aprovechaba de algun oro que rrancheaba o tomaba y de algunas pieças de yndios e yndias que hazian esclavos. A este dio abiso de sus desinios Fedreman, antes que se fuese a Santo Domingo, mandandole que tubiese prebenido de comida aquel pueblo y alojamiento de Maracaybo, para quando su gente llegase, y el estubiese a punto con sus nabios y canoas para pasallos a todos de la otra parte de la laguna; y a esta cavsa pasaron mucho mas trabaxo en esta sazon los soldados que con Martinez estaban, por aber de prevenir y proveer de tanta comida como para tanta gente era menester.

Llego el alcalde mayor, Chabes, a la laguna con la gente que a cargo llevaba y hallo el pasaje puesto a punto y en pocos dias se hallaron de la otra banda alojados en el pueblo de Maracaybo, donde se entretubieron algunos dias, considerando la tardanza que el teniente Fedreman abia de hazer en Santo Domingo, lo qual le fue cavsa de gran calamidad y trabajo, porque como esta laguna y las provinçias comarcanas al pueblo abia tantos años que sustentaban la gente que por alli andaba, y abia sustentado la conpañia y gente de Miçer Ambrosio mucho tiempo, como se a visto, ya no tenian ni hallavan mantenimientos ni vituallas en tanta abundançia como de antes, y como en esta sazon cargo tanta gente de golpe, faltaron tanbien de golpe los mantenimientos, y asi la hanbre les fue causa de muchas enfermedades de que murio mucha gente; y por otra parte los tigeres que en esta provinçia abia, andaban tan encarniçados y cebados que hizieron muy grandes daños en los yndios que estos españoles tenian en su serviçio, y en los propios españoles.

Viendo el alcalde mayor, Chabes, y los demas capitanes que con el venian la mortandad y destruycion que en la gente abia sobrevenido, determinaron salirse deste pueblo, y dividiendo la gente en tres partes y encargandose della tres capitanes, salieron por diferentes caminos para que mejor se pudiesen sustentar, mas con horden y conçierto de que, para çierto tienpo, se hallasen juntos en el cabo de la Vela para rreçebir a Nicolas Fedreman, que se entendia que para aquel tiempo que señalaron abria ya llegado o llegaria de Santo Domingo.

En este mismo tiempo, siendo governador en Santa Marta el oydor o dotor Infante por el Avdiençia de Santo Domingo, salieron de Santa Marta el capitan Rribera y vn capitan Mendez, por su mandado, en vn nabio con çinquenta de a pie y de a caballo, a hazer esclabos a la Rramada, que es çierta provinçia que esta hazia la parte del Cabo de la Vela y governaçion de Venenzuela, y llegados alli, y saltados en tierra, tomaron algunos yndios e yndias, e haziendolos esclavos, los enbarcaron en el navio y los enbiaron a Santo Domingo, y ellos se quedaron en aquella provinçia como gente venturera, procurando aver algun oro por fuerça o de grado entre los naturales de aquellas provinçias. Dende a poco tiempo murio el capitan Mendez y quedo el govierno de la gente en el capitan Rribera, el qual, por ympedimento de algunos rrios que con la fuerça del ynbierno trayan mucha agua, no abia podido bolverse por tierra a Santa Marta, avnque lo abia yntentado algunas vezes, y estando alojado en la provinçia o junto al rrio de Macomite, el qual por ser cavdaloso y venir muy creçido les abia ympedido la buelta y pasaje, enbio obra de veynte hombres a buscar comida hazia la parte de la laguna de Maracaybo, por donde la gente de Fedreman yva marchando, y de vna de las compañias de Fedreman, que no lexos deste lugar estaba alojada, avia a la propia saçon salido vna escuadra con veynte y cinco hombres a buscar tanbien comida hazia Macomite, donde el capitan Rribera estaba alojado, e yendo la escuadra de los de Fedreman, que se deçia Murçia, marchando por vn camino que no devia ser muy esconbrado ni muy derecho, oyo rruydo y estruendo que los soldados de Rribera yvan haziendo, y rreparandose, y enboscandose con los soldados que con el yvan, llegaron dos o tres de los soldados de Santa Marta muy descuydadamente, a los quales tomo Murçia y desarmandolos los metio entre los suyos y espero alli a los demas que deshordenadamente y apartados vnos de otros yvan caminando, y como yvan llegando, sin hazer ningun alboroto, los rrecogia y desarmaba hasta que los junto todos muy paçificamente y con ellos dio la buelta a donde estaba o abia quedado su Capitan, el qual, sabida aquella nueba y como por alli andaba gente de Santa Marta, procuro luego rreduzir y juntar a si la otra gente de su compañia que andaba dividida para mejor se sustentar, como se a dicho, y juntos todos los capitanes y soldados de Fredeman, hordenaron de tratarse y hablarse con el capitan Rribera, o por grado o por fuerça traello con toda su gente a su conpañia, lo qual yntentado hizieron façilmente, porque viendose Rribera con tan poca gente y que el tiempo le era contrario para poderse rretirar y rrecoger hacia Santa Marta con los conpañeros que le quedavan, acordo condeçender con aquel genero de violentos ruegos con que era mas forçado que rrogado por los capitanes de Fedreman, y ansi se junto con ellos, creyendo que façilmente le darian lugar a que se bolviese a Santa Marta. Mas los capitanes de Fedreman y su alcalde mayor, Chabes, no se hallaron con tal pareçer, antes determinaron de tenello consigo a el y a toda su gente, hasta quel teniente Fedreman viniese de Santo Domingo y el hiziese lo que quisiese de ellos, y con este acuerdo se estuvieron todos juntos, pasando el ynbierno con harto trabaxo y hambre.

CAPITULO ÇINCO

Como, pasado el ynbierno, el governador Jorge Espira marcho hasta llegar a las rriberas del rrio Opia, donde torno a ynbernar, y como en el camino prendio a Francisco Velasco, con su teniente, y lo enbio a Coro, por çiertas palabras que dixo.

Ya quel alegre tienpo del verano le entraba a Jorge Espira y las aguas se aplacaban, aprovechandose de la ocasion quel tiempo le ponia en las manos, porque hasta entonçes, avnque por la hambre abia sido forçado a mudarse de aquel aloxamiento de Acarigua, las aguas de que abia estado çercado no le dexaban efetuar su voluntad, se mudo y paso mas adelante con su gente y campo a vna provinçia llamada Amorodore, en la qual se alojo y rrancheo para que la gente se rreformase de la hambre que trayan de atras; porque como en esta provincia no se abia hecho daño ninguno, hallaron en ella abundantemente de comer, y tanbien era grande ynpedimento y estorvo al73 caminar y asi porque por ser aquella tierra llana avn no se abian escurrido ni enxigado74 las aguas, se estuvo en esta poblazon y alojamiento vn mes, donde los naturales de ella, deseando echar de si tan malos guespedes como los españoles eran, por los daños que en sus comidas y avn personas de ellos rreçebian, convocandose y juntandose muchos yndios tomaron las armas en las manos para echar de alli a los nuestros; mas ninguna cosa les presto, porque dos vezes que acometieron a dar en sus enemigos fueron con mucha façilidad rrebatidos y ahuyentados tan admedentradamente que nunca mas osaron juntarse ni tomar las armas en las manos, antes apartandose todo lo que podian de los españoles, les dexaban gozar con quietud de sus casas y haziendas y de todo lo demas que entre manos tenian, en pago de lo qual les abian muerto dos caballos.

Despues del tiempo dicho paso el Governador adelante con su gente, prosiguiendo su descubrimiento por la halda de la sierra y cordillera, que sienpre llevaba a mano derecha, y llego a otra provinçia de yndios llamados Coyones, bien poblada, y la gente belicosa y gerrera y de buen coraje en las guaçabaras, y de diferente lengua de la de atras. Alojose en esta provinçia la gente española, y pretendiendo los naturales de ella ganar mas honrra que los de atras, salieron de mano armada y con buena horden acometieron a los nuestros, los quales, avnque estaban ya puestos a punto para rreçebir a los enemigos, no dexaron de tardar en desbaratallos, por ser gente que les turaba el brio algun tiempo, y avnque fueron maltratados y desbaratados de los españoles, todabia les pusieron en condiçion de matar al capitan Montalbo, al qual quitaron la lança, y derribandolo del caballo se lo llevaban a manos bivo sino fuera socorrido de algunos soldados que lo defendieron y quitaron de las manos de los yndios. Hirieron y maltrataron a otros españoles, mas no murio ninguno. Acometieron otras dos vezes estos yndios, y sienpre fueron frustados de sus desinios con daño de sus personas.

De esta provinçia de Coyones paso adelante Jorge Espira con su gente y llego a las provinçias y rrios que dizen de Varinas, que es a las espaldas de donde esta agora poblada la çivdad de Merida del Nuebo Rreyno. Alli se rrancheo y alojo el Governador con su compañia por descubrir y ber si por alli çerca obiese entrada para atrabesar la tierra. Estubo en este sitio o alojamiento muchos dias Jorge Espira, con gran daño de su gente, porque se hallava poca comida y abia muchos enfermos, que les era gran ynpedimento y estorvo para seguir su descubrimiento y jornada con la diligencia neçesaria, de donde rredundaba quel75 Governador hiziese tantas paradas y sintiese la gente tanto la hambre, de tal suerte que muchos dias se sustentaron con solamente palmitos76 y otras comidas silvestres y no conoçidas, cavsadoras de mayores enfermedades y males. Y estando en esta neçesidad tan extrema, tubo notiçia el Governador que en la sierra o cordillera se hazian çiertos valles poblados de yndios, en que abria abundancia de comida, el qual luego enbio a su teniente, llamado Françisco de Velasco, con dozientos honbres y algunos caballos, y le mando que llegase con los caballos hasta el pie de la sierra, y que quedandose el en vnos poblezuelos de yndios que alli abia con alguna gente, embiase la demas arriba a traer comida y le proveyesen de todo el mayz, yuca y patata y sal que pudiesen, que era todo bien menester.

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