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Historia de Venezuela, Tomo I
Historia de Venezuela, Tomo I

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Visto por los yndios donde el Françisco Martin estaba que se acercaban a su pueblo los españoles, determinaron salilles al encuentro, y llevando por su capitan al tornadizo, le començaron a seguir con sus armas y horden de pelear, el qual les iva dando la horden que abian de tener en el acometer, y poniendolos en celada o enboscada, dandoles a entender que aquel era el mejor modo de guerrear, se aparto de ellos con titulo de que yva a espiar a los españoles, los quales venian bien çerca de donde los yndios se abian puesto por consejo de Françisco Martin en emboscada. Este español, segun la vsanza que de bibir entre los yndios tenia, como ya he dicho, yva desnudo en carnes y enplumajado y embixado, que es çierta manera de barniz con que se vntan quando an de yr a semejantes lides y a otros pasatiempos, y con su arco y flechas en las manos, el cabello largo, la barba pelada, y en el mienbro genital puesto vn calabacillo pequeño, segun lo tenian de costumbre aquellos yndios y todas las demas naciones que traya. Venia tan al natural yndio, quanto se puede creer que lo estaba en ato55 y costumbre; y açercandose a los españoles y dandoles vista, ellos tuvieron por temeridad y grande atrevimiento la de aquel honbre que siendo vno solo y tiniendo ya noticia de como trataban los españoles a los yndios, se viniese de mano armada a ellos; y porque semejante manera de desverguença no quedase sin castigo determinaron de alançeallo56 los que delanteros venian; y viendo el Françisco Martin que los españoles llevaban hazia el semblante de maltratallo, anticipose a hablalles, diziendoles que no tenian para que aperçebirse contra el, porque era su compañero y soldado de su compañia.

El capitan Juan de San Martin y los que alli junto con el venian, admirados de oyr hablar aquel yndio en lengua española, casi se turbaron, y rreparándose para entender mejor lo que les abia hablado, y açercandose mas a ellos el Francisco Martin les declaro su caso por estenso, quien era y el modo de su perdiçion, y la bivienda que tenia. Los españoles luego rreconoçieron a este soldado, y admirados de la forma que traya, se apearon y le cubrieron con algunos bestidos y con el lloraron la perdida de sus compañeros con estremos de entrañable sentimiento, y todos juntos se fueron a donde estaba la enboscada de los yndios, a los quales hablo Françisco Martin dandoles a entender, diferentemente de lo que antes les abia dicho, como aquellos españoles eran sus hermanos, y que no les harian ningun daño ni mal tratamiento; y confederados desta manera, se fueron al pueblo donde el prinçipal estaba, el qual dio muestras de holgarse de la confederaçion y amistad de los españoles, y hospedandolos amigablemente les proveyo de lo que obieron menester para su sustento; los quales descansaron alli algunos dias, donde fueron bien servidos asi destos yndios como de todos los demas comarcanos, a quien el Françisco Martin traxo a la amistad y gracia de los españoles, los quales, despues de estar algo rreformados de los trabajos pasados, prosiguieron su viaje y derrota para Coro, llevando consigo a Françisco Martin y buenas guias que les encaminaban por caminos muy esconbrados de çienegas y anegadizos, que es lo que mas pesadumbre les daba: y por do quiera que pasaban, mediante el faravte que llevaban, les salian los yndios de paz y les hazian todo buen ospedaje. Y despues de aber peregrinado por las partes dichas y pasado los trabajos rreferidos y otros muchos que aqui no se cuentan, llegaron estos españoles a Coro sin su governador y con perdida de la mayor parte de sus conpañeros que abian salido con ellos, que quedaron muertos en el discurso desta larga jornada; que desde la salida hasta la entrada en Coro tardaron cinco años, sin hazerse mas fruto spiritual ni corporal del que de todo lo dicho se puede presumir.

Avnque Miçer Ambrosio sienpre procuro que se hiziese buenos tratamientos a los yndios, y no consintio que ningun soldado llevase yndio cargado ni avn yndia que le moliese, a los prinçipios de su jornada, pero despues todo el daño que podian hazian. Mando por edito público que todo el oro que hallasen los soldados en poder de los yndios o en sus casas se lo tomasen y quitasen so grabes penas57 que para ello les ympuso; y por otra parte mando tanbien por edicto publico que los soldados no rrescatasen ninguna comida con los yndios a fin de que no fuesen molestados de los soldados; hordenanzas, por cierto, muy de rreyr, que por vna parte mandaba que les tomasen todo el oro que los yndios tenian, y por otra que no les comprasen lo que abian menester y ellos quisiesen de su boluntad vender. Yo entiendo que desta suerte devieron de ser todas las demas constituciones y hordenamientos que en govierno y jornada y gente este governador hizo, y asi obo el suçeso y fin de su jornada que abemos contado.

NOTAS AL CAPÍTULO XII

(A) El licenciado Pérez de Tolosa, Castellanos y Oviedo y Baños, le llaman Pedro de San Martin. El Padre Simón sigue en esto, como en casi todo, al Padre Aguado.

Oviedo y Baños dice que á la muerte de Alfinger «empezaron á originarse en aquel pequeño ejército disturbios y disensiones sobre quién le había de suceder en el gobierno, y aunque los pretendientes eran muchos, por voto de los más principales fué preferido á todos el factor Pedro de San Martin; pero aunque las prendas de nobleza, prudencia y valor que lo asistían lo hacían muy digno para las honras del empleo, no fué tan acepto su nombramiento, que dejase de haber discordias y alborotos que hubieran pasado á motines declarados si el capitán Juan de Villegas, con su autoridad y aquella respetable veneración que se había granjeado en la estimación de todos, no hubiera sacado la cara y tomado la mano á sosegarlos». – (Historia de Venezuela, cap. IX.)

CAPITULO TREZE

En el qual se escrive como el capitan Venegas, que abia quedado en el pueblo de Maracaybo, sabiendo la perdida del oro de Gascuña lo fue a buscar, y llevando por guia a Francisco Martin, donde se obiera de perder, y sin hallarlo se volvio a salir.

Llegada la gente de Miçer Ambrosio a Coro, cada qual procuro su descanso y rremedio, que lo abian bien menester, segun salieron de trabajados y mal tratados de la jornada; y los vezinos de Coro, sabido el subçeso del capitan Gascuña, y como Francisco Martin venia y abia salido en cueros de entre los yndios, mobidos de caridad y compasion, lo bistieron y proveyeron abundantemente de rropas y caballos, por parecelles que mas por hordenaçion divina que por potencia humana abia aquel hombre escapado con la vida y salido de entre los barbaros. Procuraban saber del si con facilidad se podia bolber a la parte donde se abia perdido Gascuña, para procurar sacar aquel oro. Mas avnque Françisco Martin les dezia que si, no por eso se atrevian a ponello en efeto, temiendo de perderse como los demas; y como antes de agora he dicho, no fuese aquel oro el oro tolosano, y asi lo dexaron58 de yr a buscar los de Coro; mas despues, como luego dire, no falto quien tomase aquella demanda sin hacer ningun efecto en ella.

Deste Francisco Martin dire, que era tanto el amor que a la muger e hijos que en su cavtividad obo tenia, que lamentaba y lloraba por ellos, y procuraba vias y maneras como bolverse a ellos; que estaban en (el) tan ympresas las çerimonias y costumbres de los yndios, que muchas veces, por descuydo, vsaba de ellas entre los españoles; y avnque el comer hayo59 no lo vsaba por descuydo sino por vicio, y asi lo acostumbro despues muchos tiempos60 como los mismos yndios. Dicese que fue tanto el deseo que en este hombre convertido en barbaro rreyno de ver a su muger ynfiel y a sus hijos yndios, que procuro bolver a ellos, y asi lo hizo, que desapareciendose de entre los cristianos, confiado en su dispierta lengua y habla de yndio, se metio por entre los pueblos de los yndios sin ningun temor y bolvio a donde abia vivido algunos años gentilicamente, donde despues estubo cierto tiempo, hasta que acerto a bolver gente española por aquella provinçia, y fue de ellos tomado y sacado forçiblemente y contra su boluntad, y avn afirman que a estos españoles se les huyo del camino y se torno entre sus parientes o de su muger, y bolvieron otra vez a la propia provinçia, y lo tornaron a aber a las manos, y lo sacaron con mas guarda y vigilancia, hasta que lo bolvieron a Coro, y de alli lo encaminaron con çierto capitan al Nuevo Rreyno de Granada, para alexallo y quitallo de aquella ocasion, donde andubo y estubo despues mucho tiempo.

Pero antes questo le subcediese o hiziere Françisco Martin, vn capitan Venegas, natural de Córdoba, a quien Miçer Ambrosio abia dexado por su tiniente en el pueblo o rrancheria de Maracaybo, pretendiendo o deseando que aquella rriqueza de oro que con tanto trabaxo de su persona y rriesgo de su conçiencia abia abido su gobernador de la sustancia temporal de aquellos miseros yndios de Tamalameque, por do abia andado, no se perdiese y se aprovechase el de ella, atraxo asi a este Francisco Martin y hizole grandes ofertas y promesas de que le gratificaria muy bien se le llevaba a donde Gascuña se abia perdido y el oro se abia enterrado, de lo cual le daria muy buena parte. Francisco Martin confiado de su juyzio, avnque no deviera ser tan perfecto como el presumia que era, dixole al Venegas, que el le guiaria y llevaria adonde le pedia sin herrar punto. El teniente Venegas, con aquel deseo y codiçia que de aber aquel oro tolosano tenia, junto sesenta honbres a los quales tanbien hizo promesas de que partiçiparian de aquella rriqueza; y partiendose con ellos del pueblo de Maracaybo, sin llevar mas de vn caballo, y ese sin silla, para hazer ostentacion y muesta del a los yndios que en gran manera temian a los caballos y a su furia, y toda la gente a pie, y mal armados, se fue la buelta de Tamalameque, guiandolos Françisco Martin, y de alli, rrebolviendo sobre la cordillera, a tomar la derrota que Gascuña abia tomado, la atrabesaron y boxaron a los propios arcabucos y montañas donde se perdio la gente; y como las bueltas y guiñadas que de vna parte a otra abian dado por aquel arcabuco fueron muchas y por muy deversas partes del, desatino la guia y traxolos algunos dias de vna parte a otra y de otra a otra, y casi estuvieron en el mismo rriesgo de perderse que Gascuña, lo qual visto por el capitan Venegas, y que ya les començaba a aquexar la hambre y avn a caer la gente enferma, con toda la mas presteza que pudo dio la buelta por el propio camino por do abia entrado, lo que le fue façil de hazer, porque como este tiniente tubiese ya mediana esperiençia en cosas de descubrimientos de Indias, al tiempo que entraba por el arcabuco o montaña yva señalando el camino con cortaduras que hazia en los arboles por do pasaba, y como todo quedase señalado fuele muy ligero de atinar por do abia entrado, y bolverse á salir, sin hazer ninguna cosa que le aprovechase, y asi fue burlado de sus pensamientos.

Bolviose á su pueblo de Maracaybo, donde rresidio despues muchos dias, hasta que despues, segun que adelante se dira, llego la gente de Fedreman y llevo consigo toda la gente que en Maracaybo abia y despoblo el pueblo.

Pero este tiniente y los que con el estaban grandisimo trabaxo en el sustento deste pueblo de Maracaybo, porque como junto a el no obiese ningunas poblazones de naturales eran forçados a yr a buscar la comida muy lexos y a traella a cuestas los propios españoles, y despues a los que la trayan se la quitaba la justiçia para partirla ygualmente con los enfermos y otras gentes que en el pueblo quedaban, y avn salian al camino a ver que no dexasen alguna cosa escondida: tanta era su neçesidad y falta de comida. Ayudaba en esta sazon a sustentar este pueblo el capitan Martinez, que despues fue con Fedreman al Nuevo Rreyno, al qual, dandole este tiniente Venegas cierta gente y vergantines y la canoa grande se andaba por la laguna de pueblo en pueblo rrancheando los yndios y quitandoles lo que tenian y proveyendo de quando en quando el pueblo de mayz, y el tenia su abitaçion a manera de cosario pirrata en la provinçia de Guevara, y de alli salia con sus vergantines a correr la laguna y rrobar a los navegantes que por alli pasaban.

LIBRO SEGUNDO

EN EL LIBRO SEGUNDO SE DIÇE COMO LOS BEZARES, SABIDA LA MUERTE DE MIÇER AMBROSIO, SU GOVERNADOR, TUVIERON PROVEYDO A NICOLAS FEDREMAN, AL QUAL RREBOCARON LA CONDUTA POR QUEXAS QUE DEL OBO Y PROVEYERON POR GOVERNADOR A JORGE ESPIRA, Y POR SU TINIENTE A FEDREMAN. VENIDOS A BENENÇUELA LOS DOS, CADA QUAL DE ELLOS YNTENTO VNA JORNADA POR SI, SALIENDO POR DIFERENTES DERROTAS O CAMINOS, Y DESPUES DE ABER LLEGADO POR LOS LLANOS ADELANTE JORGE ESPIRA A LOS CHOQUES, FUE FORÇADO A BOLVERSE CON PERDIDA DE MUCHA GENTE A CORO. FEDREMAN FUE LA BUELTA DEL CABO DE LA VELA, PASANDO LA LAGUNA DE MARACAYBO CON YNTENTO DE PROSEGUIR LA JORNADA QUE MIÇER AMBROSIO ABIA HERRADO DEL RREYNO, Y EN EL CAMINO ARREPINTIOSE Y PRENDIO AL CAPITAN RRIBERA, QUE CON GENTE ABIA SALIDO DE SANTA MARTA, Y DANDO LA BUELTA SOBRE LA LAGUNA DE MARACAYBO LA PASO Y RREBOLVIO SOBRE LOS LLANOS DE VENENÇUELA, PARA YR EN DEMANDA DE LA NOTIÇIA DE META. EN EL CAMINO TUBO NOTIÇIA COMO VENIA DESBARATADO JORGE ESPIRA, DIOLE DE YNDUSTRIA LADO Y APARTOSE DEL POR NO SER FORÇADO A ALGUNA ALTERAÇION, Y PROSIGUIO ADELANTE, HASTA QUE ENTRO EN EL NUEBO RREYNO DE GRANADA. JORGE ESPIRA, DESPUES DE ABER PASADO POR EL FEDREMAN, TUBO NOTIÇIA DE ELLO Y EMBIO TRAS DEL CIERTA GENTE PARA ABISALLE, LOS QUALES, NO PUDIENDO PASAR LOS RRIOS DE APURE Y ÇARARA, SE BOLVIERON A CORO, A DONDE HALLARON POR JUEZ DE RRESIDENCIA AL DOCTOR NAVARRO, DE SANTO DOMINGO, Y AL OBISPO BASTIDAS. QUEDO SUSPENSO JORGE ESPIRA DEL GOVIERNO, Y DENDE A POCO MURIO, Y NABARRO SE FUE A SANTO DOMINGO, CON TODO EL DISCURSO DE ENTRAMAS JORNADAS MUY COPIOSAMENTE ESCRITO.

CAPITULO PRIMERO

Como por muerte de Miçer Ambrosio proveyeron los Bezares por governador de Venençuela a Jorge Espira, y por su tiniente a Nicolas Fedreman, y de su pasada a Indias.

Al tiempo y sazon que a la çiudad de Coro llego la nueba de la muerte de Miçer Ambrosio, governador, y del mal suçeso de su jornada y descubrimiento, hallose alli Nicolas Fedreman, el qual, como de antes tubiese conocimiento particular con los Bezares, pareçiole oportuno tiempo este para aber para si aquella governaçion de Benençuela, y procurando algunas rricas joyas y pieças de oro, se fue a España, donde a la sazon rresidian algunos de los de la conpañia que tenian cargo de proveer los governadores de Benençuela, a los quales Nicolas Fedreman procuro aplazer y contentar para ganalles la voluntad, dandoles algunas dadivas de oro del que abia llevado, prefiriendose de servilles muy bien en aquella governaçion si le daban el cargo del govierno de ella. Los Bezares, viendo la platica y suerte de Fedreman, que era muy prinçipal y de su propia naçion, y la buena horden y traça que daba en los negoçios del govierno de aquella tierra, determinaron de encargarsela y hazello governador de ella; y poniendolo en efeto, le dieron y libraron las cedulas o provisiones de governador, con particular ynstrucçion de lo que abia de hazer; y açetado el cargo por Nicolas Fedreman luego començo a hazer gente para pasar y llevar consigo a Benençuela y tener copia de conpañias de soldados con que hazer nuebos descubrimientos, con lo qual se dibulgo y publico luego la nueba de como Fedreman tenia el govierno de Benençuela, de que peso a ciertos soldados que de la propia provinçia abian ydo a España y en la sazon dicha se hallaron en ella, y luego, ayudados de la persuasion de otras personas que pretendian el propio cargo, se fueron a los Bezares y les dixeron que no les conbenia ni era provechoso que Fedreman fuese a governar aquella provinçia de Benençuela, porque era de animo bullicioso y sobervio e yntolerable de sufrir, y que con sus pesadas palabras maltrataba los soldados, y con otros terminos muy extraños e ynsufribles de que vsaba era muy aborrecido de toda la gente que en la governacion abia, y que lo mesmo seria de los que llevase.

Con las persuasiones destos y de otros que, como he dicho, pretendian este gobierno, mudaron façilmente los Bezares acuerdo, mobidos de temor no fuese cavsa Fedreman de que obiese alguna alteraçion en la gobernaçion, por donde le viniesen a perder, con lo que en ella tenian y pretendian. Y pareçiendoles justas cavsas las que les daban, y el temor que ellos abian conçebido, rrebocaron la conduta que de governador abian dado a Fedreman, y dieronsela a Jorge Espira, caballero de su propia naçion de Alemaña; y porque Nicolas Fedreman no quedase del todo descontento y despojado de sus pensamientos, nombraronle por tiniente general de Jorge Espira, casi dandoselo por acompañado en el gobierno, confederandolos a entramos61, de suerte que entre ellos nunca obiese ninguna desconformidad, mas con que siempre tubiese la superioridad Jorge Espira. Dixeronlos que pues la tierra de Benençuela era larga, que bien podian entramos efetuar sus desinios y hazer por diferentes derrotas jornadas y descubrimientos con que todos fuesen aprovechados y su gobernaçion avmentada(A).

Con estos medios y otros que los Bezares entre Jorge Espira y Fedreman pusieron, los confederaron y hermanaron de suerte que nunca mas quebraron ni obo entro ellos ningun genero de discordia, mas acabando de hazer la gente con toda diligencia en el Andaluzia y Rreyno de Murcia y en otras partes despaña, juntaron quatroçientos honbres, gente muy lucida, y en cinco nabios que adereçaron para su viaje salieron del rrio de Sevilla, Guadalquebi, por el año de mil e quinientos y treynta y tres; y entrando en la nabegaçion del mar Oçeano tomaron su derrota a las yslas de Canaria, y antes de llegar a ellas, donde dizen el Golfo de las Yeguas, que es donde por la mayor parte son desbaratados con adversa fortuna las armadas que bienen a Indias por las grandes tenpestades que alli se levantan, dioles tal tormenta que en breve tiempo arribaron a San Lucas, donde estubieron hasta que la mar se apaziguo y abonanço el tiempo; y tornando a proseguir su biaje por el Oçeano adelante, ya que estaban a la bista de las yslas de Canaria, los torno a dar otra fortuna y tormenta contraria de su nabegaçion, tan sobervia y rrezia, que aquella propia noche que la tormenta les dio aporto la nao capitan a Nuestra Señora de Rregla, y otra de las de la compañia, casi en el mesmo tiempo fue a Caliz62, que fue cosa que pareçe ynposible aberse podido nabegar en tan poco tiempo, y los demas navios arfando y corriendo su fortuna y alijando muchas cosas de las que trayan a la mar arribaron a Caliz, y a cabo de poco tiempo fue alli junta toda el armada deste governador Jorge Espira, y viendo muchos soldados que no les abia Dios hecho pequeña merced en abellos librado de las tormentas pasadas, donde por momentos se abian visto en punto de ser sumergidos en la mar y muertos miserablemente, acordaron perder la señal, como suelen deçir, y no tornar a entrar en la mar ni seguir el viaje, porque casi todos los que se quedaron en Caliz desta vez, que serian dozientos honbres, perdieron todo quanto en los nabios abian metido, asi de matalotaje como de otros adereços que para sus personas llevaban.

El subçeso destas tormentas o ynfortunios de la mar, fue atribuydo a que Dios nuestro Señor lo permitio asi por culpas y pecados de algunos que en el armada yvan, entre los quales se hallo un sodomita que acostumbraba a vsar aquel pecado en tierra, y avn no se sabe si lo vsaba en la mar, y no nos devemos marabillar de que esta armada padeciese las tormentas e ynfortunios dichos, sino como no fue tragada y asorbida de la mar, pues nos es notorio el castigo que Dios nuestro Señor hizo en la gentilidad de Sodoma y Mogorra63 y los otros pueblos sus comarcanos, como se le en el Genesis, capitulo dezinuebe, en el qual se trata que con fuego y relanpagos del cielo fueron quemados y abrasados, y por memoria deste castigo esta el sitio desta ciudad hecho vn lago o çienega pesima e ynfrutuosa, y estara hasta la fin del mundo. Este malvado cristiano despues de aber saltado en tierra desta segunda vez que arribaron a Caliz, quiso rreynçidir en su maldad, y juntandose con otros dos de su ofiçio obieron çierta pasion y rrenzilla en que el vno de los tres fue muerto y a los dos prendieron, y sabida la cavsa de su discordia fueron castigados y quemados conforme a las leyes del Rreyno.

I pareçiendoles a los que en el armada abian quedado que con aber sido castigado este malaventurado se aplacaria la yra y castigo de Dios contra ellos, tornaron a embarcarse y proseguir su viaje, y con buen tiempo, sin ningun contraste de fortuna, llegaron a las yslas de Canaria, ocho dias antes de Nabidad, donde se holgaron y rregoçijaron la Pascua, y los governadores y sus capitanes procuraron en aquellas yslas rrehacerse de gente, por aberseles quedado, como se ha dicho, la mitad de la que abian juntado y trayan en Caliz. Juntaronseles alli dozientos honbres, gente basta y grosera, y pasada la Pascua hizieron señal de rrecoger o enbarcar la gente para pasar adelante, y saliendo con prospero viento de las yslas de Canaria, caminaron sin suçedelles cosa alguna hasta rreconoçer a San German, que es çierto promontorio o punta de la ysla de Puerto Rrico, y pasando de alli adelante hacia Coro, se les cayo en la mar un pagecillo o grumete que servia en el nabio, y sin saber nadar fue sustentado sobre el agua en la mar hasta tanto quel nabio en que yba, que con prospero viento y todas velas nabegaba, amayno y ahecho el batel en la mar, que paso harto espaçio o yntervalo de tiempo, y entrando gente en el bolvieron a buscar el muchacho buen rrato atras, y hallaronlo encima del agua entretenido sin ser hundido; y viendo que era cosa marabillosa el no aberse ahogado aquel moço, pues sin tener con que se poder sustentar sobre el agua ni saber nadar, lo abian hallado bibo, le preguntaron que modo abia vsado para no ahogarse, el qual rrespondio quel era deboto de Nuestra Señora, y que al tiempo que cayo inboco su nombre y se encomendo a ella, y que mediante esto tubo entendido que no abia pereçido. Los marineros se bolvieron al nabio con su paje, y dando todos gracias a Dios por el subçeso lo tubieron por buen prodigio o señal. I prosiguiendo su viaje llegaron dende a dos64 dias de como esto les subçedio al puero65 y çiudad de Coro, donde desenbarcaron con mucho contento y alegria.

Y avnque esta narraçion o drigrision que en este capitulo he hecho no era de mi Istoria, por ser todo ello cosas subçedidas fuera del Imperio de las Indias, donde es mi prinçipal yntento tratar y dar cuenta de los descubrimientos y poblazones y gerras en ellas suçedidas, elo tratado porque estos dos capitanes o governadores, Jorge Espira y su teniente Fedreman, hizieron dos jornadas diferentes la vna de la otra, y con diferentes subçesos en la governaçion de Venençuela; y abiendo de tratar de sus descubrimientos y conquistas, pareçiome que tanbien era rrazon tratar de sus prinçipios, para mas claridad de lo que de ellos tengo descrevir, y lo mesmo se entendera en lo demas que se hallare escrito en esta Istoria que sea peregrino de las Indias(B).

NOTAS AL CAPÍTULO I

(A) Uno de los que más contribuyeron á que se revocase el nombramiento de Fedreman fué el procurador Alonso de Lallana, el cual, durante la larga expedición de Micer Ambrosio, había quedado gobernando en Coro en unión de Luis González de Leyva. Lallana vino á España y ante el Consejo de Indias informó malamente del proceder de Fedreman. Entonces los Belzares designaron para Gobernador á Jorge de Spira ó Jorge Formut, natural de Spira, pero dejando á Fedreman como teniente general de éste.

El verdadero nombre de Jorge Spira es, según una Cédula real, Jorge Hohermut.

(B) Entre los que tomaron parte en esta expedición figuraron, según Oviedo y Baños, Alonso Pacheco, natural de Talavera la Vieja, progenitor de los caballeros de este apellido en la ciudad de Trujillo, y de los Tomares en Caracas; Francisco Infante, natural de Toledo, de quien descienden los caballeros Blancos Infantes de esta ciudad de Santiago; Francisco de Madrid, natural de Villa-Castin, de cuyos méritos son herederos los Villegas; Gonzalo Martel de Ayala, de quien quedó descendencia en el Tocuyo; Montalvo de Lugo, natural de Salamanca, que pasó después al Nuevo Reino, y desengañado con los reveses que le volvió la fortuna, se volvió á España, á gozar con quietud de un mayorazgo que había dejado en su patria; Francisco de Graterol, tronco de ilustres familias; Damian del Barrio, natural del reino del Granada, cuyos servicios en la América correspondieron á los que antes tenía obrados en la Europa, habiéndose hallado en la memorable batalla de Pavía, en el saco de Roma con el duque de Borbón y en otras célebres funciones de las de más importancia en aquel tiempo: descienden de este caballero los Parras, y Castillos de Barquisimeto; los Silvas de esta ciudad de Santiago, y otras ilustres familias que tienen su asistencia en la provincia.»

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