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El Corazón Del Tiempo
Kamui asintió con la cabeza, sabiendo que Kyou le asustaba sobremanera algunas veces. "Mejor él que yo. Te veré esta noche". Ãl se marchó, dejando a Shinbe parado allà por su cuenta, todavÃa mirando las escaleras.
En lo profundo de la mente de Shinbe, donde sus poderes de guardián se reflejaban en su propio reflejo, se preguntaba por esa sensación tan familiar que tenÃa para la sacerdotisa que acababa de ascenderlos. Buscó la verdad en lo profundo de su alma mientras cerraba los ojos.
Una vez que sus ojos cristalinos se abrieron de nuevo, brillaron con secretos que sólo él conocÃa.

*****
Kyou se perdió pensando en cómo manejar a Kyoko, ahora que la tenÃa donde él la querÃa. Fue bruscamente interrumpido, oyendo golpes en la puerta. Parpadeando un par de veces, él suprimió el impulso de voltear sus ojos dorados, sabiendo que sólo podÃa ser Toya. Kyou dio un vistazo a la puerta, a la vez que se abrió sin ninguna invitación.
Toya entró directamente, buscando al instante su objetivo, y vio a Kyou reclinado en el sofá. "¿Qué demonios está pasando con Kyoko?" planteándolo directamente.
Los ojos de Kyou se alzaron a Toya, pero su rostro no mostró interés en la pregunta.
Toya conocÃa los estados de ánimo de Kyou mejor que nadie y sabÃa que ni siquiera lo habrÃa mirado si le hubiera dado en un nervio. Descifrar a Kyou era una ciencia para él. Incluso el parpadeo de un ojo significaba algo cuando se trataba de Kyou. Toya se movió para tomar asiento diagonal a él en un sitio que estaba lleno.
"Vamos, no soy estúpido. Si quieres que la proteja, necesitas decirme por qué. Después de todo, los demás están por su cuenta, asà que ¿Por qué ella es en sà diferente?" Escupió, tal disgustado con ese pensamiento. "Ella es sólo una chica humana insignificante".
Toya agarró la mano con garra, que de repente encontró agarrándole su garganta, y le miró a la enojada cara de Kyou.
"Harás lo que yo digo", la voz de Kyou se estremeció de rabia.
Los ojos de Toya se estrecharon. Ahora sabÃa que habÃa algo. "Bien". Gruño y fue recompensado al ser liberado. Vio la rabia de Kyou desaparecer instantáneamente a medida que regresaba a su lugar diagonal a él su máscara frÃa cayendo como un escudo que el apartaba. Toya negó con la cabeza. "Tienes que decirme por qué ella es tan importante para ' ti '". Puso énfasis en la última palabra.
Kyou en tanto lo acordó. HabÃa criado a Toya desde el dÃa en que nació. Ãl habÃa sabido que su hermano estaba cerca, al mismo momento que Toya habÃa dado su aliento en este mundo y él lo habÃa secuestrado lejos de los padres que no lo habrÃan entendido. Era igual que con sus otros hermanos, aunque por un tiempo, Kyou habÃa elegido vigilarlos desde la distancia.
Ãl esperaba hacer diferente la personalidad de Toya de alguna manera, pero parecÃa que lo habÃa seguido a esta vida, sin importar lo que Kyou habÃa hecho para tratar de cambiarlo. Lo esencial era que Toya seguÃa siendo el mismo, sin importar la vida que llevara. Tal vez pensó que conocer a Kyoko habrÃa provocado recuerdos del pasado, pero su hermano no mostró señales hasta ahora, sólo interés. Los ojos de Kyou se entrecerraron con ese pensamiento.
"¿No siente nada por ella?" Preguntó en un tono que hizo que Toya se retorciera.
"¿Se supone que debo hacerlo?" Toya respondió, sabiendo que realmente sentÃa algo por ella, pero no estaba a punto de admitirlo. Doblando sus brazos delante de él, parecÃa molesto como siempre, sin darse cuenta del destello plateado que bailaba en sus ojos dorados.
"SÃ", vino la respuesta frÃa.
"¡Maldita sea!" ¿Qué la hace tan especial para nosotros? Toya alzó sus manos en exasperación.
La mirada de Kyou desafió a la de él, "Ella es la que hemos estado esperando".
Los ojos de Toya se ensancharon. Tan atrás como pudo recordar, Kyou le habÃa dicho que tenÃan que prepararse para aquel quien llevara el Corazón de Cristal dentro de ellos. Seguramente, no se referÃa a eso. ¿Por qué un cristal tan poderoso estarÃa dentro de una chica tan débil? Ãl habÃa estado esperando a un guerrero de algún tipo, no una simple chica.
"Ella es la razón por la que han reunido todos ellos" Sus cejas se levantaron en asombro.
Kyou siempre se habÃa abstenido de decirle a Toya sobre su pasado, pero él le habÃa advertido sobre su futuro. "Debes protegerla a toda costa".
La habitación estaba en silencio a medida que la mente de Toya entraba en un montón de pensamientos. Ãltimamente, él habÃa empezado a sentir el aumento de vibraciones demonÃacas en la zona, como si más estuvieran naciendo, y el lado del mal se estuviera fortaleciendo.
"Asà que ella es la elegida. ¿Qué más necesito saber?" Se sentÃa un poco aliviado sabiendo que era por eso que su hermano se interesó en Kyoko, pero en este momento no profundizaba en los sentimientos que causaban celos.
Kyou habÃa ocultado la verdad durante tanto tiempo, no estaba seguro de que estuviera listo para compartir recuerdos. El pensamiento de la cercanÃa de Toya a Kyoko en el pasado no ayudaba del todo. Tal vez fue mejor que algunas cosas fueran olvidadas. Los dos habÃan sido inseparables a veces. "Renaciste para protegerla y he vivido más de mil años esperándola. Por ahora, eso es todo lo que necesitas saber".
Toya resopló suavemente, luego se echó a reÃr de una manera un poco siniestra. "Eso es todo lo que necesito saber ¿Eh?" Recorrió sus dedos a través de su largo cabello sintiendo una gran necesidad de ventilar algún enojo del cual incluso él no estuviera consciente. "¿Es por eso que la miras con ardor en tus ojos? Dices que estábamos unidos... ¿De verdad estás celoso de algo que supuestamente ocurrió hace mucho tiempo con una chica que probablemente no te voltearÃa a mirar?â Toya miró, ahora con sus ojos fundidos de plata.
Kyou casi gruñÃa en esa conjetura de Toya. Hubo momentos en que la percepción del chico era asombrosa.
"No pongas a prueba mi paciencia Toya. Con Cristal o no, no toleraré tus acusaciones o delirios de grandeza en los que se refiere la sacerdotisa. Has sido designado para protegerla, no me importa si te gusta. Tu paciencia estará vigilada y te abstendrás de hacer cualquier avance sobre su persona. ¿Está claro?" Sus ojos eran ahora letales, a medida que se enfocaban en su hermano menor.
Se podÃa percibir desconcierto en las palabras de Kyou, y Toya podrÃa decir que la conversación estaba terminada, por ahora al menos. Se levantó y salió de la habitación sin una mirada hacia atrás u otra palabra. Una vez fuera del apartamento de su hermano se detuvo frente a la puerta de Kyoko. Ãl podÃa sentirla dentro de los confines de las habitaciones delante de él.
Levantó la mano para golpear la puerta, queriendo estar con ella, pero sabÃa que no tenÃa una razón en este momento. Metió su mano en lo profundo de su bolsillo y se regresó para continuar por el pasillo.
Si alguien más hubiera estado en la sala, habrÃan visto un brillante contorno de alas plateadas al aparecer a través de la espalda de Toya antes de desaparecer desapercibido por el que ahora se conocÃa como el guardián de ojos plateados.
CapÃtulo 5 "Una advertencia gruñona"
Kyoko agarró una banda de goma del aparador y agarró algunos de sus cabellos rebeldes castaños de nuevo en una cola de caballo, dejando su espalda un poco descubierta como una tenue senda y a su vez larga que recorriera libre por su espalda. Ella se inclinó cerca para colocarse un toque de rubor y luego se puso de pie, se dirigió al espejo de cuerpo entero, y se dio la vuelta examinándose a sà misma. Suki le habÃa hablado de llevar algo de su ropa y Kyoko se sentÃa diferente.
La mini falda negra salió a relucir cuando se dio la vuelta, mostrando las piernas torneadas debido a todos esos entrenamientos a los que ella se sometÃa. La camisa rosa apretada tenÃa un encaje negro a lo largo de la espalda, y en el frente una forma de encaje negro en 'V' que llegaba casi a sus pechos. Kyoko sacudió su cabeza al exponer ese escote.
Le hizo preguntarse si Suki no era la que iba tras de Shinbe tanto en si como la perseguÃa a ella. Recogiendo sus aretes cruzados, se preguntó por qué habÃa accedido a parecerse a un muchacho salvaje. Ella se sorprendió de sus pensamientos cuando alguien golpeó tÃmidamente en su puerta.
Abriendo la puerta mientras todavÃa sujetaba su pendiente, Kyoko sonrió, sintiéndose mejor viendo que Suki estaba vestida más provocativa de lo que era. "Oh Suki, vas a dejarlos con la boca abierta esta noche", dijo mientras miraba a su amiga de arriba a abajo.
Suki llevaba pantalones de cuero apretados y una tapa azul con mangas largas, mostrando su figura. Kyoko asintió con la cabeza, pensando cuántas veces Shinbe serÃa abofeteado esta noche.
"Sólo estás pidiendo que Shinbe actué ¿no es as�", arqueándole una ceja a su amiga con una sonrisa, brillando en sus ojos esmeraldas.
Suki estaba buscando a Kyoko más de la cuenta, asintiendo con la cabeza en afirmación, "SÃ, tengo la sensación de que esta noche podrÃa ser la última diversión por un tiempo. "Capté el rumor de Shinbe que a partir del lunes Ãbamos a tener que empezar a entrenar más duro que nunca". Sus ojos se iluminaron, "Pero por esta noche, vamos a dar rienda suelta a todo. Te va a encantar este lugar al que vamos a ir. Es enorme y la banda esta noche va a rockear".
Suki miró alrededor de las habitaciones de Kyoko, sus ojos se sorprendieron. "¡Wow Nunca he estado aquÃ!", su mirada se dirigió de vuelta a la de Kyoko. "A nadie se le permitió estar aquà excepto a Toya. ¿Te das cuenta de que sólo él, tú y Kyou están en este piso?" Estaba tan nerviosa por venir a este piso que le habÃa pedido permiso a Toya antes de subir a la habitación de Kyoko.
Kyoko sabÃa que Kyou querÃa tenerla donde él y Toya la vigilaran mejor. Recordando todo lo que dijo, sabÃa que estaba en lo cierto sobre Suki y de ser amigos en el pasado, porque por alguna razón se sentÃa como que a ella la habÃa conocido desde hace mucho tiempo.
Ella dio un trago repentino en su garganta, "Tal vez todas las otras habitaciones fueron ocupadas, no sé". Se dirigió a la puerta, "Pero sé que quiero divertirme esta noche porque tienes razón, es probablemente la última diversión en mucho tiempo".
Su mano en el perno de la puerta se congeló y ella frunció el ceño, 'alguien estaba allÃ' Ella sintió un escalofrÃo arrastrarse por su espalda al saberlo.
Kyoko lentamente abrió la puerta y miró hacia el pasillo. Al no ver a nadie, ella se abrió paso y Suki la siguió. Se volvió y cerró la puerta detrás de ella, y luego rápidamente giró alrededor para mirar a Suki cuando oyó un "grito" sorprendida, proveniente de su amigo. AllÃ, de pie en su puerta estaba Kyou mirándola y no se veÃa complacido.
Kyou le dio una mirada a Kyoko y sintió que su ira se elevaba. Volteó su mirada para ver a Suki, con una molestia muy evidente en su rostro.
"Déjanos", exigió con una voz peligrosamente frÃa.
Suki le dio a Kyoko una mirada perpleja, pero rápidamente hizo lo que le dijo, ya entendida de ello sin vacilar. Ella por una vez no querÃa estar en contra de Kyou, y además, aquel hombre le daba escalofrÃos. Ella habÃa sido consciente desde su primer encuentro con él que era un inmortal muy poderoso y uno al cual no hay que enfrentarse. Ella se alegró de que estuviera de su lado y no fuese un enemigo.
Kyoko cruzó sus brazos delante de ella, decepcionada al ver a Suki perderse rápido de su vista. Ahora ella se volvió para encontrarse a sà misma bajo la atención de Kyou, y en ese momento él no parecÃa feliz. Ella alzó una ceja al mirarlo, solo esperando. Cuando solo permaneció allà abriéndose espacio en sus ojos dorados enojados, sintió que su temperamento empezó a ascender. "Maldito sea él y su mirada penetrante".
"¿Qué he hecho?", se preguntó finalmente, renunciando a esperarlo para decirle a ella.
Kyou habÃa estado molesto cuando habÃa sentido la presencia de Suki en el lugar. Luego, cuando los vio salir de su habitación vestida asÃ, él sabÃa que no era prudente dejar que Kyoko se fuera. No sólo estaba en peligro por el enemigo, también estarÃa en peligro de cualquier guardián, demonio o humano queriendo aparearse con ella. Kyou se enfureció en el mero pensamiento,
"Nadie va a venir a este lugar sin mi permiso, excepto tú y Toya, ¿Entendido?" su voz sonaba como si la estuviera regañando.
Kyoko se erizó pero rápidamente recordó que este es su edificio, asà que son sus reglas. "Lo siento. Yo no sabÃa", ella le dijo honestamente. Sintiendo su propia ira disminuyendo, ella tronó sus dedos delante de ella. Estaba empezando a inquietarse porque realmente no parecÃa más feliz ahora que ella se habÃa disculpado.
Kyou dio un paso más cerca de Kyoko. Mirándola fijamente, se encontró con que casi podÃa ver debajo de su camisa. "No me dijeron que tenÃan planes esta noche", sintió que su estado de ánimo se oscurecÃa en sus palabras y sus ojos resaltaban un poco más brillante, pero no le importaba. Si iba a protegerla, tenÃa que saber lo que estaba haciendo. SabÃa cómo actuaban las chicas en el colegio, pero podÃa percibir que Kyoko aún estaba apartada, diferente de las otras, inocente.
Kyoko se mordió su labio inferior, preguntándose si iba a tener que decirle cada movimiento. "Yo no sabÃa que tenÃa que decirte que sà iba a salir", trató de mantener su voz tranquila, pero sabÃa que tenÃa que mantener su postura hacia él con el fin de tener algo de libertad.
"Voy a salir con Suki y Shinbe esta noche", dijo esas palabras con firmeza, con la esperanza de que no tratarÃa de detenerla.
Kyou dio un paso más cerca, sólo para que ella diera un paso atrás de él para que no tuviera que mirarlo directamente. Ãl sonrió internamente, a medida que dio otro paso adelante. Ãl literalmente la acorraló contra la pared, rodeándose a sà mismo con su aroma.
"¿Vestida as�" su voz sonaba enojado.
Los ojos de Kyoko se abrieron ahora que estaba a sólo centÃmetros de ella, y ella lo estaba mirando. Era tan alto. ¿Qué habÃa dicho? Sus ojos se cerraron de forma más aguda. â¿Vestida como?â
"¿Qué tiene de malo la forma en que estoy vestida?" se echó hacia atrás contra la pared cuando él acerco su rostro junto a su oÃdo. Ella podÃa sentir su aliento caliente en el cuello.
"¿Estás buscando un compañero?", susurró peligrosamente contra su oÃdo.
Kyoko estaba repentinamente asustada de aquel guardián de pie delante de ella. Las palabras que habÃa pronunciado la hubieran llevado en circunstancias normales a una rabia, pero ahora sólo la hicieron querer encontrar un rincón oscuro, apacible para esconderse. Si un alfiler hubiera caÃdo, habrÃa sonado como un trueno entre tanto silencio. Ella se sobresaltó en si misma cuando oyó otra voz muy cerca de ellos.
"Kyoko, ¿Estás lista?" Toya se apoyó en la pared mirándolos. Ãl podÃa oler el miedo de Kyoko a tres metros de distancia. Ãl miró a Kyou con el ceño fruncido mientras observaba a Kyoko agacharse bajo su brazo y caminar rápidamente hacia él.
Kyou se enderezó de nuevo, una vez más luciendo indiferente mientras miraba a Toya pasar entre él y Kyoko, ocultándola de su vista.
Ahora, dónde he visto esto antes, pensó con molestia y luego declaró frÃamente. "Si ella va, tú no debes apartarte de su lado". El músculo de su mandÃbula se flexionaba mientras apretaba fuertemente los dientes, no le gustaba el hecho de que Toya la viera vestida con tan poca ropa.
Toya podÃa decir que Kyou era serio, y la mirada en sus ojos le dio escalofrÃos. "Yo ya sé esto", chasqueando sus dedos luego se volvió y tomó la mano de Kyoko en la suya, "Vamos". Se lo pidió en voz baja.
Kyoko no iba a discutir con eso, y no le importó el hecho de que Toya prácticamente la estaba empujando frente a él. âCuanto más rápido, mejorâ, pensó. En el momento en que ella querÃa más que nada darse prisa, ahora que estaba completamente desgreñada, prácticamente voló por las escaleras.
Toya dejó ir su mano tan pronto como supo que estaban fuera de la vista de Kyou. Vio a medida que apretaba el paso un ceño fruncido arrugando un su frente. HabÃa recogido lo que Kyou le habÃa dicho. Ãl era un guardián, su oÃdo estaba excelente. Ãl habÃa ido a buscar a Kyoko cuando Suki prácticamente habÃa volado por las escaleras, casi derribándolo en el momento.
Se enfureció con él por las palabras que habÃa oÃdo Kyou al susurrar en el oÃdo de Kyoko, y era todo lo que podÃa hacer para fingir que no lo habÃa escuchado. Nunca tuvo pensamientos de herir a Kyou pero el solo pensamiento de Kyou diciendo tales cosas a Kyoko sacó lo peor en él. No habrÃa hecho nada para merecer ese tipo de trato.
Toya intentó de aplacar esa mala sensación que tenÃa mientras que se encontraba con los demás.
*****
Al entrar en el club, Suki notó que Kyoko seguÃa estando inusualmente callada y finalmente se puso de pie para preguntar: "¿Qué era todo eso acerca de Kyou en realidad?"
"Nada en realidad", contestó Kyoko queriendo no hablar de ello en sÃ, y luego se acordó de lo que él habÃa dicho, "Ãl dijo que a partir de ahora, nadie se permitÃa estar en ese lugar, excepto Toya y yo". Ella se encogió de hombros tristemente entonces notó que Toya todavÃa la estaba observando.
Se preguntó si habÃa oÃdo lo que Kyou habÃa dicho, luego se ruborizó y rápidamente apartó la vista hacia otro lado no queriendo realmente saber la respuesta a esa pregunta. Esta fue probablemente su última noche de libertad, asà que despejó su mente y miró a su alrededor con la intención de disfrutarla de una manera u otra.
Los ojos de Suki se ensancharon cuando sintió unos brazos alrededor de ella desde atrás y la halaban hacia alguien fuerte. Torciendo el cuello para que pudiera ver su mirada conectó con unos ojos amatistas.
Shinbe bajó la cabeza hasta su cuello, acurrucada en su contra, sonriendo. "Ven a bailar conmigo", hizo señas con una voz seductora.
"Pero acabamos de llegar", Suki trató de alejarlo sinceramente.
"Lo sé", Shinbe le guiñaba un ojo a Kyoko. "QuerÃa agarrarte antes de que alguien más lo hiciera". Deliberadamente deslizó su mano seductora a través de su vientre antes de colocarla entre sus brazos para verlo de frente. Dándole a Kyoko una mirada maliciosa dijo, "Ella podrÃa estar de vuelta".
Suki asintió con la cabeza, tratando de ocultar el rubor rojo que al instante aparecÃa a través de sus mejillas. Shinbe la llevó a la pista de baile, dejando a Kyoko y Toya de pie allÃ.
Kyoko sabÃa que sus nervios no podÃan resistir más y ella se fue al bar pensando que una bebida la relajarÃa de alguna forma. Ni siquiera observó a ver si Toya seguÃa. SabÃa que le habÃan ordenado que la vigilara. No era como si estuvieran en una cita. Casi sentÃa lástima por él.
Ella volvió su atención al tipo detrás del bar encogiendo sus hombros diciendo, " Lo que sea el especialâ. Ella sonrió y asintió con la cabeza. Puso uno de veinte en el bar. No tenÃa ni idea de qué pedir; ya que ésta era la primera vez que habÃa estado en un bar. Ella fingió como si lo hubiera hecho mil veces porque lo habÃa presenciado muchas veces a través de pelÃculas y TV. Sólo esperaba que nadie se diera cuenta de su nerviosismo.
Toya llegó para estar al lado de Kyoko después de notar que el barman la seguÃa observando mientras él le hacÃa una bebida. Captó la mirada del tipo y gruñó, advirtiéndole que se apartara. Toya podÃa sentir más ojos en Kyoko, otros aparte del barman, y no le gustaba.
Kyoko se dio vuelta cuando su bebida estaba lista y trató de sonreÃrle al bartender otra vez, a su vez que le agradecÃa, pero él no la miraba a los ojos. "Bueno, eso es extraño", pensó, pero oyendo a alguien decir su nombre, miró por encima del hombro y vio a Kamui llegando. Ella le sonrió, luego tomó un trago de su bebida, y casi se ahoga con ese fuerte sabor ardiente.

Kamui la vio poner la bebida en el bar casi derramándola. Ãl sonrió mientras ella sentÃa su aliento, jadeando. "Tienes que vigilar a Kyoko, las bebidas aquà son fuertes". Frunció el ceño al bartender en desaprobación, y luego ella sonrió cuando parecÃa ser capaz de respirar de nuevo.
"No bromeo", Kyoko jadeó, limpiando una lágrima de su ojo. "Esa bebida esta hecha para matar, Dios", gimió, parpadeando.
Toya asintió con la cabeza a Kamui como si le hubiera dado permiso para hablar con Kyoko. Su mirada vagaba por la habitación notando que los guardianes y humanos no eran los únicos habitantes dentro de las luces parpadeantes del club. Sus labios se fruncieron sintiendo demonios ocultos dentro de las sombras.
Kamui observó a Kyoko sonreÃr a Shinbe y Suki mientras los veÃa bailar. Cuando las luces parpadeaban de rojo a verde y luego azul, un tono azul eléctrico parecÃa rodearla por un instante, causando la visión de Kamui cerrarse y otra imagen surgió.
En su imaginación, podÃa ver a Kyoko huyendo de un demonio enorme. A medida que su vista recorrÃa la zona, podÃa decir en el terreno en que estaba metida cayendo a un gran acantilado. Gritó su nombre para advertirle, pero cuando se volvió a buscarlo, nunca vio el borde peligroso del acantilado mientras luego tomaba ese paso letal.
Kamui podÃa sentir la adrenalina a través de él mientras sus alas brotaban de su espalda con un despliegue de coloridos destellos. Mientras volaba sobre el demonio, le disparó una explosión de fuerza vital furiosa que desintegró al demonio en el impacto. Retrayendo sus alas, dejó que su cuerpo se sumergiera en el acantilado en intento desesperado para llegar a ella.
Al igual que el suelo se acercaba a un ritmo y velocidad alarmante, agarró a Kyoko, soltando sus alas y flotando con seguridad en el suelo. Cuando sus ojos esmeraldas se conectaron con los de Kamui le preguntó: "Sólo querÃas que te salvara, ¿no?"
Saliendo de ese trance ligero, sabÃa que no podrÃa haber sido sólo un sueño, de alguna manera, en alguna parte, realmente habÃa sucedido. Sus ojos se centraron en ella y él querÃa una vez más sentirla en sus brazos como lo habÃa hecho en un extraño recuerdo.
Kamui se acercó y le agarró la mano, "Vamos Kyoko. Baila conmigo". En el momento en que su mano tocó la suya, sintió que su corazón se aceleraba con algún sentimiento desconocido. Un polvo brillante de cada color sobresaltó en sus ojos brillantes.
Ella asintió con la cabeza, encantada con la canción que estaba sonando y sintiendo ese ritmo que la hacia querer moverse. Se dirigieron directamente a Suki y Shinbe en la concurrida pista de baile.
Toya se volvió justo a tiempo para ver a Kamui llevarse a Kyoko hacia la pista de baile y frunció el ceño. Recorriendo sus dedos a través de sus flecos extravagantes, él se recostó hacia atrás contra el bar, luchando contra la sensación que tenÃa de simplemente tomar a Kyoko y ocultarla del mundo.
"Al menos no es una canción lenta", murmuró entre su aliento y luego apretó fuertemente los dientes sin creer que esas palabras se le habÃan escapado.
Suki y Shinbe estaban pasando un buen rato cuando Kamui y Kyoko se unieron a ellos. Los chicos miraban de frente a las chicas en un rápido baile. Kyoko no se habÃa divertido asà en mucho tiempo. Tres canciones más tarde, ella y Suki estaban listos para un descanso. Mientras se dirigÃan a la pista de baile, comenzó una canción suave.
Alguien agarró a Kyoko por detrás, susurrando en su oÃdo, "Mi turno", y la giró en sus brazos, lejos de los demás, y de vuelta a la pista de baile.