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El pequeño doctor
Por regla general, el éxito de una cura de este tipo se alcanza al cabo de tres o cuatro meses. De todos modos, quienes solo puedan disponer de cuatro semanas de tiempo no deberían renunciar a una larga cura de este tipo, ya que la experiencia adquirida en ella durante este tiempo les va a permitir seguirla en casa de la misma manera. Solo se necesita algo de voluntad para ser consecuente con ella. Si, además, se cuenta con la ayuda o la necesaria comprensión del cónyuge y otros miembros de la familia, será más fácil alcanzar el éxito deseado. Los consejos expuestos a continuación van a servir para establecer y esclarecer las cuestiones principales de la dieta que recomendamos.
Desayuno
No es necesario tener que consumir carne, huevos y queso para que el desayuno sea variado. Podemos emplear un sucedáneo del café y tomar pan integral o pan crujiente sueco con mantequilla o una buena margarina vegetal y miel o una confitura natural, desayuno que completaremos con un muesli de bayas y frutas de temporada y que resulta sabroso, nutritivo y refrescante.
Para variar un poco y no comer siempre fruta por la mañana, podemos beber café a base de cereales junto con un bocadillo, en el que habremos untado mantequilla o requesón y habremos añadido, en primavera, rabanitos cortados en rodajas, plantas aromáticas frescas u hojitas tiernas de lechuga bien cortadas. Así mismo, resulta beneficioso añadir ajo de oso finamente cortado, muy apreciado también en la preparación de ensaladas y de verduras al vapor y de efecto especialmente beneficioso para quienes padecen de hipertensión arterial. Si disponemos de tomates maduros, podemos cortarlos en rodajas e incluirlos en el bocadillo. En determinadas épocas del año podemos disponer de rábano rusticano y berros para enriquecer nuestro desayuno.
Comida
La comida que tomamos al mediodía debe ser realmente salutífera. Esto será posible si nos guiamos por las siguientes normas.
Cocinaremos un arroz chino, enriqueceremos el requesón con rábano rusticano y prepararemos un buen plato de ensalada con cuatro o cinco tipos de ensaladas diferentes, sin olvidarnos de emplear ajo para condimentar, por su gran potencial salutífero. En primavera lo podemos sustituir por ajo de oso. Quienes estén preocupados por su fuerte sabor o por el olor que desprende luego el cuerpo pueden solucionarlo tomando posteriormente perejil.
Si vamos variando los platos de arroz podremos evitar cansarnos pronto del consumo habitual de arroz. Podemos preparar un apetitoso arroz con verduras, como hacen en Oriente, que nos va a permitir poder hacer algunas variaciones. Resultan apetitosos el arroz con calabacín, el arroz con tomate, el arroz con setas, el arroz con berenjenas y el arroz con pimientos, así como el arroz con brotes de soja. Cada uno de estos diferentes platos de arroz lo podemos tomar con requesón, que se habrá condimentado con diversas plantas finamente picadas y con un buen plato de ensalada.
De vez en cuando podemos variar y comer un arroz dulce con pasas y almendras, junto con una compota de fruta que prepararemos con fruta fresca. Para acabar, podemos beber un café de cereales con nata líquida.
Todos los platos de arroz deben mantener la estructura granulada y suelta de este cereal (que no queden pastosos, sino al dente). Si cocemos demasiado el arroz se vuelve menos apetitoso y el almidón que contiene adquiere una mayor preponderancia. Los japoneses suelen comer el arroz muy cocido, mientras que los chinos siempre procuran que quede suelto. Si queremos aumentar el sabor de los platos de arroz e introducir nuevas variaciones, podemos esparcir sobre ellos perejil finamente cortado y un poco de queso rallado, y ponerlos a gratinar en el horno.
Alforfón o trigo sarraceno
En tiempos pasados el alforfón era más conocido que en la actualidad. Debido a que su efecto beneficioso sobre la hipertensión arterial es similar a la proporcionada por el arroz, conviene ir alternando su consumo con este último. Puede prepararse de igual forma que el arroz y consumirse como este junto con el requesón y un buen plato de ensalada. Resulta ventajoso cocinar el alforfón con caldo de verduras y añadirle puré de tomate preparado en casa con plantas aromáticas finamente picadas. El puré obtenido puede dejarse enfriar y servirse frío en la cena junto con un plato de ensalada verde con tomate. Si se mezcla el puré de alforfón con cebolla, ajo y un poco de mejorana y se deja enfriar, dispondremos de una masa ideal para preparar sabrosos filetes vegetarianos.
Condimentar correctamente
La condimentación de los alimentos es un tema importante a considerar para las personas que sufren de hipertensión arterial. Un consumo excesivo de sal puede contribuir a padecer un aumento de la presión sanguínea, por lo que resulta imprescindible seguir una dieta pobre en sal, como también lo es para quienes sufren una dolencia renal. Por ello, en lugar de emplear la sal sin reparo alguno, deberemos aprender a condimentar correctamente, un arte que debe dominar el cocinero dietético. La comida no debe ser sosa, sino no despierta el apetito y resulta poco apetecible. Para condimentar empleamos rábano rusticano, perejil, mejorana, tomillo y, si es necesario, también pimiento picante o pimentón, así como curri, pues estos condimentos en cantidades modestas son mejores que la sal. También el ajo puede hacer especialmente sabrosos los platos de arroz.
El empleo moderado de la apreciada sal con plantas aromáticas nos va a facilitar la condimentación.
Bebidas
Si queremos enriquecer nuestras comidas a base de verduras con una buena bebida, elegiremos un producto que contenga ácido láctico, sobre todo un concentrado de suero láctico diluido o zumos, como el de zanahoria o el de remolacha roja. No obstante, debemos habituarnos a no beber mientras se tenga comida en la boca, ya que sino se impide una buena ensalivación del alimento y perjudicamos la predigestión que tiene lugar en la boca.
Cena
Por la noche solo se deben tomar comidas ligeras para poder dormir bien y evitar digestiones pesadas que dificulten el sueño. Por tanto, tomaremos preferentemente fruta con pan integral untado con mantequilla o una buena margarina y, como bebida, un buen sucedáneo del café. En cuanto a la fruta, podemos tomarla formando parte de un muesli o en forma de macedonia, que se preparará únicamente con frutas frescas. Como la fruta que vayamos a tomar debe ser fresca, consumiremos para ello fruta de temporada.
Quienes prefieran tomar verduras u hortalizas, en lugar de fruta, pueden comer diversos tipos de ensaladas junto con el plato frío de alforfón antes citado. También se puede tomar una sopa preparada con verduras frescas, un bocadillo y un buen plato de ensalada.
Para evitar fermentaciones intestinales, se procurará tomar por separado frutas y verduras, es decir, nunca juntas en una misma comida. A quienes nunca han seguido una alimentación de este tipo al principio les puede costar un poco habituarse a ella. Sin embargo, no es difícil acostumbrarse a ella, y vale la pena hacerlo, ya que no solo se conseguirá vencer ciertos trastornos de la salud, sino que va a servir también para preservar y cuidar mucho mejor nuestras propias fuerzas.
Dieta de arroz contra la hipertensión arterial
Desde hace tiempo es bastante usual en América seguir una dieta de arroz para combatir la hipertensión sanguínea. Ahora, un sanatorio suizo ha adoptado este método de la dieta de arroz con la misma finalidad y con el feliz resultado de que realmente hace disminuir la tensión arterial, pero con el inconveniente añadido de que produce un cierto grado de anemia en los pacientes. ¿Cuál podría ser la causa de este fiasco? Pues sencillamente hay que atribuirlo a la poca vista de utilizar arroz blanco, ya que no resulta adecuado para hacer una dieta de este tipo. Al haber quitado su cubierta (pulido), que le confiere la cualidad integral, resulta un arroz devaluado desde el punto de vista dietético, ya que puede dar lugar a un estado deficitario, como es el conocido caso de la enfermedad carencial del beriberi. Si se desea hacer una dieta solo a base de arroz, este debe ser totalmente natural, es decir, integral. Solo así podremos aprovechar todo su valor y podremos hacer disminuir la presión sin ocasionar ningún perjuicio. Es importante también en el día a día que el arroz que comamos sea integral; su consumo resulta ventajoso frente al arroz blanco, ya que el integral contiene 9,5 veces más minerales (sales nutritivas), lo que le confiere un elevado valor alimentario. En el proceso de refinado, que convierte el arroz natural integral en arroz blanco, no solo se pierde la cubierta externa de celulosa, sino también, lamentablemente, la valiosa, sabrosa y fina cubierta plateada y el germen que contiene el grano de arroz. Con ello se consigue que el arroz adquiera un bonito aspecto blanquecino, pero resta con un valor dietético-nutritivo reducido. Es un secreto a voces que la parte del grano de arroz que se quita no se echa a la basura, sino que es aprovechada por la industria farmacéutica en la elaboración de remedios reconstituyentes o reforzadores. Así funcionan las cosas entre bastidores, pero es bueno levantar un poco el telón para ver lo que realmente sucede y poder sacar conclusiones provechosas para la salud.
Regulación de la presión arterial con arroz integral
Es un hecho probado que el consumo de arroz integral posibilita la regulación de la presión arterial. Una dieta de arroz nos irá bien tanto en casos de hipertensión como de hipotensión. Por lo tanto, sería un error no hacer uso del efecto beneficioso del arroz integral, tanto en un caso como en el otro. No hace mucho recibí un escrito de un amigo de Alemania que había resuelto con éxito la gran hipertensión que padecía gracias a la recomendación que le hice sobre las ventajas de seguir una dieta a base de arroz integral.
Este amigo siguió durante diez semanas los consejos que le di al respecto, tras lo que pudo comprobar que había adelgazado y que su presión arterial había retrocedido de 230 a 190, lo que constituyó un verdadero éxito. A continuación le siguieron dos semanas de vacaciones, que contribuyeron a reducir aún más la hipertensión, con una máxima de 170. El paciente tiene ahora 63 años de edad, y es para alegrarse el que haya conseguido tan buenos resultados sin necesidad de tomar remedio alguno, sino tan solo con haber seguido una dieta de arroz integral, requesón y ensaladas. La continuación de una dieta de este tipo hace que la presión arterial elevada siga disminuyendo y que la elasticidad vascular mejore.
Aun cuando mi amigo consiguió tan buenos resultados sin necesidad de tomar medicamento alguno, lo cual es importante tener en cuenta, tampoco resulta desacertado apoyar el efecto de la dieta con la toma de algún remedio. Se trata de la tintura de Viscum album, ya que el muérdago1 es conocido por el efecto hipotensor. A su vez, debería tomarse también espino blanco (Crataegus) que influye beneficiosamente sobre los vasos sanguíneos. Otro remedio de refuerzo es el ajo de oso, por su capacidad regeneradora vascular. Se puede recolectar fresca esta planta en primavera y tomarla en ensaladas. También resultará bienvenido, en estos casos, un plato de verdura al vapor. Durante el resto del año podemos tomar un vino con ajo de oso y también las perlas de ajo.
Si conseguimos, de este modo, que la presión arterial se reduzca notablemente, deberíamos alegrarnos no solo por el descenso de dicha presión, sino también por el hecho de mejorar la elasticidad vascular, por lo que podemos decir que ha tenido lugar, en cierto modo, un rejuvenecimiento real de los vasos sanguíneos.
Presión arterial baja
Por lo general, se dispone de menos experiencia y conocimientos cuando se trata de una tensión arterial demasiado baja. Siempre vuelven a oírse frases, como: «¿Cuál es el origen de este trastorno? ¿De qué depende y qué se puede hacer para combatirla?». Preguntas que se contemplan demasiado poco, incluso en la misma literatura médica naturista, a pesar de la gran cantidad de personas que la padecen. Quienes padezcan este trastorno y se encuentren en altitudes entre los 1500 y los 1800 metros pueden sufrir mareos que pueden dar lugar, incluso, a ligeras ausencias mentales; de modo que cualquier pequeño esfuerzo puede producir trastornos en el ámbito cardiocirculatorio. A menudo se hace necesario que el paciente cambie de altitud y se desplace a zonas bajas o de altitud moderada. Los trastornos citados aparecen en el 90% de los casos en los que existe una actividad deficiente de las glándulas sexuales. En las mujeres fallan los ovarios y en los varones los testículos. De todos modos, también es cierto que hay pacientes que se encuentran mejor en zonas altas que en bajas.
¿Qué soluciones existen?
La presión arterial se normaliza tan pronto como se toman preparados que estimulan las funciones que presentaban una actividad deficitaria. Sin embargo, hay que decir que en estos casos no resulta recomendable tomar preparados hormonales fuertes, ya que sus efectos no suelen ser duraderos y pueden acompañarse de efectos secundarios desagradables, entre otros, hacer subir demasiado y rápidamente la presión arterial. ¿Quizás sería mejor influir sobre las glándulas sexuales de forma indirecta? Esto es posible si se emplean preparados de yoduro potásico, que contienen sobre todo yodo orgánico, como sucede en el caso de las algas marinas. Aquí pueden usarse todas las algas disponibles para el consumo humano, entre las que cabe destacar las conocidas algas kelp, por lo que no resulta sorprendente que las tabletas de alga kelp hayan proporcionado buenos resultados. También las raíces de la rauwolfia38, procedentes de la India y de Sri Lanka, gozan de gran reconocimiento en este campo. En caso de presión arterial elevada se emplea la tintura de esta raíz para hacerla bajar. También las gotas de Ginkgo biloba21, árbol presente en algunos parques y conocido como «árbol de los templos» son útiles aquí. Las sustancias presentes en sus hojas actúan especialmente sobre el aparato circulatorio. En las mujeres es recomendable tomar un preparado para los ovarios en dosis homeopática, o sea Ovarium D3. Es un remedio excelente, ya que no presenta ningún efecto secundario, sino regula sencillamente la función de los ovarios.
Otra planta que nos ayuda en estos casos es el hisopo40, planta ya utilizada en tiempos bíblicos. Es conocida la prescripción divina que siguió Moisés en el sacrificio del cordero pascual. En aquellos tiempos, los israelitas debían marcar las jambas y dinteles de sus casas con la sangre del cordero, y para ello empleaban unas ramas de hisopo. Todavía hoy lo utilizan los samaritanos para las aspersiones, para evitar la coagulación de la sangre de la víctima sacrificada. Los jugos vegetales del hisopo poseen la cualidad de impedir la coagulación sanguínea. En el Salmo 51 se menciona y se relaciona al hisopo con la limpieza espiritual. Esta planta, de la que solo existe un tipo, posee una singular fuerza secreta. Es muy probable que la elevación de la presión arterial que produce sea a través de su acción sobre las glándulas sexuales.
Otros remedios que pueden ayudar
Para elevar la tensión arterial también se puede tomar de vez en cuando un vasito de vino tinto. Resulta beneficiosa, en estos casos, la toma de tintura de espino blanco, Kalium phosphoricum D6 y polen de flores41. El polen eleva con fuerza la presión arterial, hasta el punto de que no resulta recomendable su toma en quienes padecen de hipertensión, ya que podría existir el riesgo de producir un ataque de apoplejía. Quienes padecen de hipertensión arterial deben ser muy precavidos si desean tomar polen. Yo mismo pude observar una vez un caso como este que hubiera podido terminar muy trágicamente si no se hubieran tomado las medidas oportunas para paliar esta peligrosa situación. No resulta, pues, aconsejable tomar polen o incluso mucho polen, como había hecho este enfermo hipertenso. Los remedios naturales no son siempre totalmente inocuos si no se emplean adecuadamente. El zumo de zanahoria crudo42 es otro remedio natural del que podemos disponer para elevar la presión arterial, razón por la cual quienes padecen de hipertensión arterial harían bien en prescindir de dicho zumo y, aún más, de una cura a base de zumo de zanahoria. En cambio, resulta muy recomendable para quienes padecen de tensión baja, junto con la toma de los correspondientes remedios. Curiosamente, la presión no se eleva si se toman las zanahorias en las ensaladas. El efecto sobre la presión arterial solo lo presenta el zumo de esta hortaliza. Lo mismo sucede en el caso del zumo de remolacha.
Capuchina (Tropaeolum majus)
Flores del espino blanco (Crataegus monogyna)
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