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La Posesión De Un Guardián
Entonces⦠Kyou los habÃa salvado y ahora los miraba como un padre? Kyoko enarcó las cejas con confusión. Eso no sonaba como el Kyou que habÃa llegado a temer. Su mirada se suavizó por un segundo preguntándose si realmente lo conocÃa. -¿Un prÃncipe de hielo con corazón? Ella se rió de su propia broma.
Viendo la corriente de jabón que se dirigÃa hacia los ojos de Hiraru, Kyoko decidió ofrecer su ayuda. -¿Quieres que te ayude a lavarte el cabello?
Cuando los niños asintieron y se echaron a reÃr, Kyoko se puso nerviosa y se quitó la ropa, luego se deslizó al agua para ayudarlos, ignorando completamente el hecho de que en el momento se suponÃa que estaba tratando de encontrar un camino de regreso a los otros guardianes y lejos del guardián que se habÃa convertido en su cárcel.
*****
"¿Cómo se suponÃa que iba a saber que Kyoko regresarÃa a través del portal del tiempo en medio de la maldita noche?" Toya gritó en el cielo como si Kyou todavÃa pudiera oÃrlo. Le habÃa llevado a Shinbe un rato sólo para conseguirle esta calma.
Al principio, se sintieron aterrados cuando los rastros de rojo comenzaron a filtrarse en los iris de Toya. Cuando Toya empezó a destruir árboles selectos a su alrededor, habÃan decidido retroceder un momento y dejar que trabajara algo de su ira en lugar de dejar que se acumulara a un nivel tan peligroso.
"Y Hyakuhei apareciendo asà ... ¡podrÃa haber sido secuestrada!" Toya siguió enfureciendo en confusión mientras sus ojos se volvÃan plateados de ira luego se reflejaban en el oro mientras la preocupación volvÃa a su mente. Volvió a mirar el lugar donde Kyou la habÃa sujetado dentro de la barrera contra su voluntad.
¿Qué es lo que quiero decir? Ella fue secuestrada. -¡Maldita sea! Gruñó él con nostalgia.
Shinbe era el contrario de Toya ... se mantuvo en calma ante la sacerdotisa desaparecida. ¿Secuestrado o salvo? Preguntó mientras su mano se apretaba en su personal con incertidumbre. ¿En qué estaba pensando Kyou? Estaba seguro de que habÃa algo más en esta historia de lo que Toya les decÃa.
Su mirada de amatista observaba cada movimiento de Toya con la esperanza de que su maldito lado demonÃaco se quedara latente. Lo último que necesitaban era que la sangre demonÃaca de Toya se hiciera cargo y empeorara la situación. "Kyou nunca ha sido conocido por ser amable ... incluso cuando realmente estaba ayudando. Tal vez la tomó sólo para mantenerla a salvo hasta que Hyakuhei se haya ido."
Toya cerró el puño sabiendo que los demás no habÃan visto lo que habÃa visto. No querÃa decÃrselo. De alguna manera ... decirlo en voz alta lo hizo mucho más cierto, pero tenÃan derecho a saber lo que su hermano mayor estaba haciendo. Kyou no la traerá de vuelta.
â¿Por qué no? Kamui habló por primera vez desde que Hyakuhei habÃa desaparecido. Es un guardián ... uno de nosotros. ¿Por qué no la traerÃa de vuelta?
Suki escuchó en silencio mientras los hermanos intentaban arreglarlo todo. TodavÃa estaba en estado de shock con el hecho de que Kyou habÃa aparecido en absoluto. Hasta ahora, habÃa estado bastante fuera de esta guerra como si no fuera su problema. Sus esperanzas se elevaron ante la idea de que tal vez ahora habÃa decidido ayudar, pero las siguientes palabras de Toya la hicieron encogerse de temor.
-Porque él la quiere a sà misma ... el bastardo egoÃsta la quiere por sà misma. Nunca ha tocado a otra mujer que haya visto asà ... lo que significa que probablemente la ha elegido para su compañera. Toya dejó de pasearse y se dio cuenta de lo que acababa de decir.
Sus ojos cambiaron de nuevo a oro puro mientras los levantaba para mirar a los otros. La mandÃbula de Shinbe se cayó y los ojos de Suki eran del tamaño de platillos, pero era Kamui el que más le preocupaba. Los ojos de Kamui se ocultaban detrás de un pelo púrpura indomable mientras el chico miraba al suelo, pero Toya podÃa ver sus dedos cerrados en puños.
Toya comenzó a dar un paso adelante pero se calmó cuando Kamui dio un paso atrás. ¡No me toques! La voz de Kamui habÃa cambiado y el sonido le dio a todo el mundo una sensación muy incómoda.
¿Kamui? Toya apretó los dientes esperando que Kamui pudiera sostenerlo por ahora. El muchacho era el más inocente de todos, pero sólo porque habÃa elegido olvidar la verdad sobre su propio pasado.
-No te quedes dormido Kyoko -susurró Kamui advertido, sabiendo el peligro en el que estaba si Hyakuhei y el demonio de los sueños pudieran llegar tan lejos.
Los charcos dejados atrás por la lluvia parecÃan brillar con tonos lÃquidos moteados alrededor de Kamui. "Hyakuhei la quiere ... Kyou la quiere ... ¿qué los hace mejores que todos los demonios que la quieren?" La voz de Kamui se estremeció cuando su pelo indomable se balanceó en el viento que parecÃa soplar sólo a su alrededor.
De repente, la sombra detrás de Kamui adoptó una forma diferente, haciendo que los otros retrocedieran.
Con un estallido de energÃa que onduló el aire y el agua a su alrededor, Kamui gritó: "¡No pueden simplemente tomarla de mÃ!" Una lluvia de glitter cayó de las alas translúcidas que aparecieron rebelde a través de su parte posterior.
Finalmente, levantando sus ojos llenos de lágrimas, Kamui miró a los demás mientras las puntas de sus alas adquirieron un ominoso tinte oscuro. Sacudió la cabeza mientras su voz se volvÃa peligrosamente suave. "Padres ... hermanos ... no importa. No pueden tenerla."
Los guardianes protegieron sus ojos del destello de luz que salÃa de donde estaba Kamui. Cuando bajaron los brazos ... Kamui no estaba a la vista.
"¿Por qué tengo la sensación de que no fue tras Kyoko?" Shinbe continuó preguntándose por la extraña oscuridad que habÃa aparecido en las puntas de las alas de Kamui. Eso no fue una buena señal.
Las palabras que Kamui habÃa hablado, "padres y hermanos" enfriaron el alma de Toya y confirmaron su destino. -¡Porque se ha ido tras Hyakuhei!
Los hombros de Shinbe se derrumbaron en la derrota. "Voy a ir después de Kamui, vas a encontrar a Kyoko. En este momento, Kamui necesita la voz de la razón y yo soy el mejor para el trabajo en este momento. "
Suki observó cómo ambos se alejaban en diferentes direcciones como si se olvidara de ella. Entonces vio a Kaen a su lado. "Supongo que deberÃamos regresar a la cabaña y esperar a que regresen". Ella se encogió de hombros sabiendo que ella sólo reducirÃa a Shinbe si intentaba seguirlo.
Se volvió para alejarse, pero notó que Kaen no se habÃa movido. Retrocediendo por delante de él, sus labios se abrieron de admiración.
Kaen tenÃa lágrimas en los ojos mientras miraba hacia la dirección en que Kamui y Shinbe se habÃan ido.
*****
Hyakuhei entró en las cámaras de la cueva en la que se habÃa alojado. Este era el escondite perfecto ... profundo en el suelo mientras lo buscaban por encima. Sus translúcidas alas negras sacudÃan la tensión del vuelo y luego se retiraban como si nunca hubieran estado allÃ.
Miró alrededor de la majestuosa belleza de la cueva ... aquà es donde él la traerÃa. Estaba justo debajo de sus narices y ni siquiera lo sabÃan. Hyakuhei se sentó sobre la túnica de piel negra que habÃa esparcido cerca de la hoguera para reconsiderar su estrategia.
Kyou habÃa arruinado sus planes de capturar a la sacerdotisa mientras ella estaba sola en los jardines de El Corazón del Tiempo ... pero los planes cambiaron. Ahora que sólo estaba con uno de los guardianes en lugar de todos ellos, no serÃa tan difÃcil acertarla. Sus ojos se oscurecieron con intención mientras buscaba la misma cosa que le habÃa hecho saber que habÃa estado sola cerca del santuario de soltera.
Al igual que en el sueño ... el plan podrÃa haber sido el mismo. PodÃa sentir el demonio de los sueños dentro de él incluso cuando los otros demonios estaban en silencio. Estaba esperando que se durmiera. Hyakuhei cerró los ojos recordando los demonios de pesadilla que habÃa alcanzado en el pasado. HabÃa usado sus pesadillas para torturar a otros y hacerles experimentar sus peores temores ... ahora el engaño le fue devuelto diez veces.
Ser capaz de compartir esta tortura con la sacerdotisa habÃa convertido esta debilidad en un arma.
Hyakuhei sostuvo el espejo de las almas dentro de su puño enojado. Al ver sólo su reflejo mirándolo fijamente, exigió saber el paradero de la sacerdotisa desaparecida. El espejo sólo le mostraba la imagen de ramas retorcidas y el clima tempestuoso. ¿Por qué Kyou llevarÃa a la sacerdotisa a un lugar que parecÃa cubierto de desesperación? SabÃa que el espejo poseÃdo sólo podÃa decir la verdad, pero al mismo tiempo ... Hyakuhei sabÃa que mentÃa sin saberlo.
Llamó mentalmente a varios de sus servidores demonÃacos para que hicieran lo que él querÃa ... enviándolos en busca de su verdadero escondite desde que eran prescindibles. SabÃa que la fortaleza de Kyou estaba en algún lugar de las tierras del norte. El castillo habÃa desaparecido de la existencia durante la guerra entre él y su hermano Tadamichi. Los demonios que envió a esa zona harÃan estragos en las aldeas y sacarÃan al señor guardián.
Le permitirÃa a Kyou, sin saberlo, llevarlo a la sacerdotisa a la que estaba protegiendo. Mientras miraba hacia el cristal contaminado, el reflejo cambió ... pero no por su control. Los ojos de Hyakuhei se endurecieron cuando una visión de polvo multicolor cubrió el espejo en señal de advertencia.
âAsà que Kamui, ¿qué harás? -preguntó justo cuando Kamui se enfocaba en el espejo. Los ojos del chico se volvieron para mirarlo directamente como si supiera que estaba siendo observado. "¿Me estás buscando? Ten cuidado con lo que deseas. Advirtió Hyakuhei.
"No padre ... Es usted quien debe tener cuidado ", Kamui siseó en represalia.
"Asà que ... ¿has entregado los recuerdos?" Hyakuhei acercó el vaso a su rostro mientras las comisuras de sus labios aparecieron en una peligrosa sonrisa. "Kamui ... si realmente quieres mantener a tu sacerdotisa, entonces debes unirme. Toma tu lugar correcto a mi lado y la haremos olvidar a los otros guardianes juntos.
Kamui se detuvo en el aire sabiendo exactamente lo que su padre habÃa querido decir. "No soy nada como tú o tus monstruos. Un dÃa los demonios en los que prosperas se convertirán en tu padre ... piensas que eres tú el que los controla. Te mientes a ti mismo, incluso cuando estás perdiendo.
Ambos podÃan oÃr el eco de la risa mientras el maestro de los sueños luchaba contra sus restricciones. Kamui sabÃa que sus poderes estaban confinados en lo mÃstico y eso era algo que no podÃa ser controlado ... incluso por Hyakuhei.
"Tú me perteneces ... no ellos", Hyakuhei siseó a la imagen. -Esa es una verdad que ni siquiera puedes enterrar para siempre.
"¡Nunca traicionaré a mis amigos!" Kamui gritó cuando rompió el vÃnculo entre él y su padre.
Hyakuhei lanzó el espejo al fuego cuando explotó de la ira de Kamui. Los fragmentos se convirtieron en plata lÃquida y se deslizaron sobre la leña. Se juntaron en un charco y lentamente se transformaron en la forma familiar, endureciéndose en el espejo encantado ... como si nunca se hubiera roto.
Hyakuhei se recostó en el oscuro pelaje mientras restos de brillos coloridos brillaban dentro de la cueva. "Asà que, tus poderes han crecido. Veremos a Kamui ... ya veremos.
*****
Kyou se apoyó en el balcón, mirando hacia abajo las aguas termales que habÃa encerrado en el centro de su castillo. Sus ojos todavÃa estaban encerrados en su perdida y encontrada sacerdotisa. ParecÃa feliz por el momento y se le ocurrió ... ella pertenecÃa aquÃ. Sintió que su sangre empezaba a calentarse cuando Kyoko empezó a desnudarse. Ãl observó cómo se levantaba su pecho firme mientras se ponÃa la camisa por encima de la cabeza ... sus ojos comenzaron a brillar con oro lÃquido.
Sus nudillos se pusieron blancos mientras su agarre se apretó sobre las barandillas. Cerró los ojos por un breve instante intentando presionar el impulso de ir hacia ella. Cuando volvió a abrirlos, casi gruñó. ¿En qué estaba pensando? Estaba completamente desnuda.
Kyou lo observó mientras ella entraba en el agua tibia. Ella lo intrigó con su inocencia. ¿Por qué tuvo este efecto sobre él cuando ningún otro humano lo hizo? Nadie habÃa vuelto la cabeza, pero aquà estaba ... deseando un ser humano y sólo Kyoko lo harÃa. ¿Cómo podrÃa ser tan puro e inconscientemente seductor al mismo tiempo?
Ella era la encarnación de la belleza envuelta en un pequeño paquete humano. Gruñó bajo en su garganta. ¿Qué pasarÃa si uno de los sirvientes que vivÃan dentro de su castillo la atravesara? Ella, sin saberlo, se habÃa expuesto a cualquiera de los sirvientes que pasaban. Kyou envió un mensaje silencioso a todos dentro de su castillo para evitar las aguas termales o que sufrirÃan su ira como resultado de desobedecer. Si supiera que alguien la habÃa espiado antes ... no habrÃa escapatoria de su ira.
No deberÃa haber venido al baño sin su permiso. Claro, era verdad que los criados dentro de su castillo permanecÃan ocultos, porque no le gustaba verlos a menos que los llamara. Aún asÃ, el cuerpo de Kyoko no serÃa visto por nadie más que por él. TendrÃa que enseñarle a comportarse. Un fantasma de sonrisa le heló los labios mientras observaba.
Una vez que Hiroki terminó de bañarse, el niño querÃa ayudar a Kyoko a lavarse el pelo. Asà que Kyoko lo dejó. TenÃa que bajarse en el agua hasta el cuello para poder alcanzar los largos cabellos castaños. La sensación de sus dedos pequeños frotando su pelo y cuero cabelludo la envió a un estado muy relajado. Hiraru pronto se unió a ellos y Kyoko trató de no reÃr mientras discutieron quién iba a enjuagarse.
Finalmente, Kyoko resolvió su discusión dunking bajo el agua. Cuando volvió ella fue recibida con ruidos llorones adorables. Ella volvió a reÃr y sonrieron brillantes antes de comenzar una guerra de chapoteo entre sÃ. Kyoko se movió al otro extremo de la fuente y se sentó en un afloramiento rocoso bajo el agua para observarlos.
Su mente estaba a gusto durante un corto tiempo mientras escuchaba el eco de las voces de los niños mientras jugaban dentro del agua. Al darse cuenta de lo que estaba haciendo en lugar de concentrarse en lo que realmente estaba sucediendo, se lavó rápidamente. Cuando se dio la vuelta y empezó a enjuagarse, Kyoko advirtió que los gemelos salÃan del agua.
Los niños tenÃan una expresión extraña en sus rostros como si estuvieran concentrándose en algo. Poco sabÃa que estaban escuchando el comando silencioso de Kyou. Se mordió el labio cuando asintieron como si respondieran a alguien.
Tenemos que ir a vestirnos ahora. Agarrando algunos paños de gran tamaño de una pila, rápidamente envuelven el material suave alrededor de sà mismos.
Es la hora de comer Hiraru gritó sobre su hombro mientras agarraba la mano de Hiroki y los pequeños gemelos saltaban de la habitación.
Kyoko se quedó en el agua en estado de shock cuando sintió que unas pequeñas agujas de miedo empezaban a subir por su espalda y cerró los ojos, una sensación de malestar en el estómago. En algún lugar sabÃa que los dioses se reÃan de ella.
DeberÃa haberlo sabido mejor que seguir a los niños aquà sin hacer preguntas. Kyoko se dirigió al lado de la primavera esperando regresar a su habitación antes de que "Mr. Doble personalidad "notó que se habÃa ido. TenÃa que darse prisa, sus frágiles "mantas de seguridad" se habÃan ido y ella estaba desprotegida.
Cuando salió del agua y empezó a tomar las enormes toallas, oyó un gruñido bajo directamente detrás de ella. Lo siguiente que supo ... manos de ninguna parte se envolvió alrededor de sus costillas desnudas y fue tirada hacia atrás contra un cofre cubierto de seda mientras sus pies dejaban el suelo.
Kyoko miró al instante para ver la cara de Kyou. En lugar de la ira que habÃa esperado ver, su rostro estaba tranquilo ... casi demasiado tranquilo. Bajó la mirada hacia el piso observándola alejarse más de ellos. SÃ, los dioses estaban teniendo una fiesta de risa sobre este.
Sus labios se separaron mientras ella miraba hacia atrás viendo que él la estaba llevando a un balcón. Ni siquiera aterrizó, sino que se deslizó por las puertas abiertas y regresó a la habitación en la que habÃa comenzado. Finalmente se detuvo una vez que estaban sobre la enorme almohada en la que se habÃa despertado.
Kyoko esperó a que se le cayera, pero no la soltó, ni la estaba hiriendo por tenerla demasiado apretada. Notó que sus manos eran suaves mientras tocaban su piel desnuda. Kyoko abrió mucho los ojos. ¡Su piel desnuda! Oh ... ¿cómo pudo haber olvidado tan rápido? TodavÃa estaba desnuda al bañarse.
Sus brazos cruzaron instantáneamente su pecho de forma auto-protectora y sintió que todos sus músculos se tensaban, esperando mientras él la sostenÃa como indecisa sobre qué hacer con ella. Ella podrÃa darle una gran pista de grasa si él querÃa y que serÃa para ponerle el infierno hacia abajo!
Los ojos de Kyou casi se cerraron cuando sintió que sus curvas suavemente redondeadas presionaban contra él, causando estragos en sus sentidos. Se dio cuenta cuando se tensó y eso le devolvió la mente por un momento ... Pero todavÃa no la soltó. Siempre se habÃa enorgullecido del control y aquà serÃa una buena oportunidad para probar su control de ella y enseñarle otra lección al mismo tiempo.
-¿Te di permiso para salir de esta habitación? Su voz era frÃa e inflexible.
Los ojos de Kyoko se ensancharon cuando su latido de corazón golpeó en su pecho, golpeando sus costillas con tanta fuerza que supo que podÃa sentirlo. Pensando rápidamente, ¿cuál serÃa la mejor respuesta? -dijo en voz baja-, no conozco las reglas. Ella se encogió sabiendo que jugar tonto serÃa la mejor opción en este momento.
Ella sabÃa por un hecho que en este momento no era el momento de luchar por sus derechos debido a su falta de ropa. No era que ganara si lo intentara. Ella sólo querÃa bajar y él se fue por lo que añadió con una suave voz asustada, "Lo siento".
Cuando oyó su suave y dulce voz, lo envolvió, haciéndole inhalar como sensaciones agrupadas en sus regiones inferiores. Esto serÃa peligroso si él empujó la prueba demasiado lejos. Sintió que la rabia de su desobediencia lo abandonaba, pero la rabia de su deseo se mantuvo diez veces.
-La primera regla es que nunca vayas a ninguna parte sin mi permiso a menos que quieras ser castigado -su voz se suavizó para tomar la picadura de sus palabras, pero aún asà la sintió estremecerse-.
La garganta de Kyoko se secó. ¿Castigados? No quiso susurrar la palabra. Simplemente salió y ella sintió que su corazón comenzaba a revolotear por el miedo. Ella instantáneamente borró la imagen de Kyou azotándola de su mente desquiciada, no queriendo ni siquiera saber de dónde habÃa salido el insano flash.
-SÃ, te castigaré. La palma de la mano de Kyou acarició su estómago plano y lentamente hizo su camino hacia abajo como su rodilla subió en el interior de su muslo para extender sus piernas. En un movimiento para ayunar para ella intentar y desviar ... la palma de su mano ahuecó su feminidad mientras su poderosa sangre trataba de hacerse cargo.
-Asà como asà -sus dedos masajearon su manojo de nervios justo encima de su entrada y la conmoción de ella la hizo alejarse instantáneamente de él, con un grito suave que se inclinó contra él tratando de evadir su mano.
El movimiento sensual era casi su deshacer y él silbó en su oÃdo. "Si no te quedas quieto ... Tendré que castigarte más. PodÃa sentirse cada vez más duro y aliviado cuando ella se alejó de él pero se quedó quieto, su miedo a lo que él harÃa para evitar que luchara contra él.
Kyoko cerró los ojos. Ella pensó que él habÃa significado hacerle daño cuando él dijo castigado pero esto era casi tan malo. ¿No se dio cuenta de que estaba más perturbado que Hyakuhei? Esto la hizo perder el control de su cuerpo y tomó su voluntad de ella como todo su calor se reunió a donde sus dedos estaban trabajando su magia. Ella no querÃa esto sin importar cómo reaccionó su cuerpo, pero no pudo evitar sus reacciones.
TodavÃa la sostenÃa en el aire con la espalda apretada contra él y sus dedos estaban trabajando hacia adelante y hacia atrás, estimulándola tanto que casi deseaba que la hubiera azotado en su lugar porque esto estaba creando un tipo diferente de dolor ... delicioso dolor que roÃa Con hambre en ella. Ella jadeó y un gemido se deslizó hacia fuera mientras sus dedos se deslizaban entre sus labios para empujar uno dentro de ella.
Ella gimió cuando él lo deslizó adentro solamente para tomarlo hacia fuera otra vez. Ella sintió la piscina de calor lÃquido alrededor de su dedo mientras él lo empujó dentro de su opresión haciéndola gritar. Sus ojos comenzaron a arder con el familiar aguijón de lágrimas, pero ella los retenÃa. En el fondo de su mente estaba gritando a sà misma para dejar de actuar como si estuviera disfrutando del castigo de Kyou, a pesar de que lo era.
El grito se hizo más fuerte y finalmente ella no podÃa seguir ignorándolo. "Por favor, por favor, no lo aguanto más".
Kyou escuchó su grito y él supo que estaba en el dolor con la necesidad de la liberación. Su cuerpo virgen, tan nuevo para este placer, no le tomarÃa mucho más llevarla al pico. Ãl observó su arco de la cabeza contra él mientras él bombeaba su dedo en su tensión caliente en el ritmo.
Inclinó la cabeza hacia adelante y lamió el arco de su cuello ... probándola. Sintió el impulso del instinto de morderla y hacerla suya para siempre. Ãl satisfizo esa sensación por un momento aspirando algo de su piel suave en su boca para dejar una marca roja leve en ella. Ella sabÃa muy bien. PodÃa oler su aroma a su alrededor mientras presionaba su hinchada dureza contra su suave muslo.
Kyou gruñó en la derrota ... SabÃa que era él quien perdÃa la batalla.
Kyoko sintió que su mano la abandonaba y se deslizó por su cuerpo hasta la almohada de abajo. Ella seguÃa lloriqueando y apretaba sus muslos juntos tratando de no oscilar. Sus sentidos estaban tan vivos que era casi doloroso. Cogió una de las almohadas más pequeñas y la abrazó, intentando ocultar su cuerpo. TenÃa miedo de mirarlo. TemÃa que pudiera ver la necesidad por la que su cuerpo lloraba.
Enterrando su rostro en sus brazos, rodó por lo que ella estaba acostada medio sobre su estómago como para ocultarse más lejos.
La observó tratando de esconderse de él y la pérdida de ella en sus brazos enfriaba su sangre furiosa. Se dio cuenta de que no tenÃa ningún control sobre esto y recordó lo que habÃa escrito en los pergaminos de su padre.
Tadamichi habÃa advertido que los guardianes eran diferentes de los humanos cuando se trataba de elegir un compañero ... que la sangre alta del guardián harÃa la elección y no habrÃa que detenerla. Su padre, Tadamichi, habÃa estado hablando de su rivalidad y de Hyakuhei sobre el mismo compañero en ese momento, pero Kyou habÃa entendido el significado subyacente. La advertencia pertenecÃa a cada guardián ... no sólo a los gemelos.
Ese habÃa sido el último escrito por su padre, pero los humanos atrapados dentro de este reino habÃan continuado la historia.
Su tÃo se habÃa vuelto hacia el lado oscuro porque habÃa sido separado de aquel a quien el cielo habÃa destinado para ser su alma gemela. La joven Sacerdotisa, la estatua de soltera, se habÃa hecho a semejanza de ... la misma estatua de doncella que imitaba a la sacerdotisa que yacÃa debajo de él en este mismo momento. PodrÃan haber sido muy bien la misma mujer ... pero el tiempo demostró que no lo eran.
Eran idénticos en miradas proclamando Kyoko como un descendiente directo de la sacerdotisa que su tÃo habÃa elegido para su compañero de vida. ¿Era él y su tÃo tan diferentes? ¿La poderosa sangre de Hyakuhei habÃa sido su caÃda al final? ¿Estaba Hyakuhei ahora erróneamente colocando a Kyoko en el lugar de su amor perdido? No lo permitirÃa.