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Historia de Venezuela, Tomo II
Historia de Venezuela, Tomo II

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Pelearon buen rrato los unos con los otros, y aunque los yndios heran muchos y muy buenos flecheros y diestros y muy certeros, y que las flechas que tiraban yban vntadas con ponçoñosa yerva, con todas estas condiciones y otras que no digo, no pudiendo sufrir el ynpetu de los españoles, desanpararon el pueblo y boluiendo las espaldas se dieron a huir con toda la priesa que podian.

En el saco13 del pueblo ouieron poco prouecho los soldados, porque como otras muchas uezes auian aportado españoles a rrescatar y aun a ranchear a este puerto y pueblo, todo el oro y otras cosas que para su hornato y seruicio tenian, le tenian puesto a rrecado14 en partes ocultas que por los españoles no pudo ser hallada cosa alguna por entonces, mas alojaronse en el propio pueblo, y alli hizo el gouernador Pedro de Heredia poner todo lo que en la carauela y fusta traia(B).

NOTAS AL CAPITULO I

[A] Según el Padre Aguado, Pedro de Heredia obtuvo la Gobernación de todo lo comprendido entre el río de Santa Marta y el de Darien, el año 1532; salió de Sevilla «pasado lo más del año treinta y tres», y se detuvo en Santo Domingo, de donde partió, para comenzar sus descubrimientos, «por principio del año de treinta y cuatro».

En estas últimas fechas debe haber algún error, pues en una información hecha en la ciudad de Acla, el 9 de Abril de 1535, á pedimento de Don Martín de Guzmán, obrando éste en virtud de poder dado en el Golfo del Cenu á 2 de dichos mes y año, por cincuenta y tres que se decían estantes en la Gobernación de Cartagena, conquistadores y pobladores de ella, entre los cuales figura Lope de Aguirre, en dicha información se afirma que «Heredia ha dos y medio años vino de España á la conquista de su Gobernación».

Según esto, Heredia debió llegar á Calamar, luego Cartagena, á fines de 1532 ó principios de 1533, lo cual coincide con el relato de Fernández de Oviedo.

«Siguiendo después de todo aquesto – escribe el autor de la Historia general y natural de las Indias– que Pedro de Heredia, natural de la villa de Madrid, como hombre que tenia notiçia de la costa, e avia andado en ella a los rescates con otros armadores, fue a España e tuvo manera como el Emperador, nuestro señor, le hizo su capitan general e gobernador de aquella provincia de Cartagena. E para servir a Su Magestad en la poblaçion e paçificaçion de aquella tierra, partio del puerto de Sanctlúcar de Barrameda, dia de Sanct Miguel veynte y nueve de septiembre del año de mill e quinientos e treynta y dos años, con un galeon e una caravela e una fusta e çiento e quinçe hombres de guerra, allende de los marineros. E desde a onçe dias llego a la Gomera, que es una de las islas de Canaria; y en ocho dias que alli estuvo, se proveyo de lo que ovo menester de refresco e agua e leña e otros bastimentos para su camino: e fecho esto, salio de alli, e desde a quarenta e un dias llego a Puerto Rico, en la isla de Sanct Johan, y estuvo alli tres dias. E partio de aquel puerto primero dia de noviembre, e otro dia siguiente llego a la isleta que llaman la Mona, e aquella noche se partio de alli y envio la carabela al puerto de Caybon, que es en esta Isla Española, por bastimento: y el con el galeon se fue al puerto de la villa de Açua, que es veynte y dos leguas de esta cibdad en esta Isla, e luego entendio en comprar caballos e aderesçarse de lo que le convenia; e vino a esta cibdad por tierra, e flete otra nao. Con estos navios partio de Açua a los seys de enero, dia de los Reyes, año de mill e quinientos e treynta y tres años, con hasta çiento e çinqüenta hombres, e quarenta e quatro caballos. Y efectuando su navegacion, llego a la Tierra-Firme e tomo puerto una legua de Sancta Marta, en Gayra, y estuvo alli una noche e un dia, y desde alli envio dos hombres por tierra a Sancta Marta por una india lengua, nasçida e criada en Cartagena, la cual se le truxo. E otro dia a treçe de enero se partio de alli, e desde a dos dias llego a Cartagena e no sin mucho temporal y tormenta en el camino, e aquel mismo dia salto con su gente en tierra.» (Tomo II, pág. 428.)

También en este relato de Fernández de Oviedo hay errores, porque si Heredia salió de Sanlúcar el 29 de Septiembre, tardó once días en llegar á la Gomera, estuvo en ésta ocho días, y empleó cuarenta y un días en arribar á Puerto Rico, no pudo salir de este puerto el 1.º de Noviembre, sino de Diciembre.

[B] Según se hace constar en la Información antes citada, la armada que llevó Pedro de Heredia constaba de un galeón, una fusta y una carabela. «En el primer repartimiento que hizo tomó á la Compañía 5.000 y tantos pesos en recompensa de dicha armada y navios, porque se los vendió; pero haciendo él los precios de oro que tomaba, hubo por 5.000 más de 10.000. Aunque vendidos los navios, él los enviaba y fletaba, y nunca dió cuenta ni provecho á la Compañía.» (Biblioteca de la Real Academia de la Historia. —Colección Muñoz, tomo LXXXIX.)

CAPITULO SSEGUNDO

De la ffundazion de Cartaxena, y de como Pedro de Heredia fue a Tunruaco15, pueblo de yndios, donde fue muerto antes Juan de la Cosa. Quentase la muerte deste Juan de la Cosa.

Para perpetuidad de su gouernacion, Pedro de Heredia determinó luego de poblar dondestava vn pueblo, para desde allí hazer algunas salidas y entradas la tierra adentro, y poniéndolo por hobra, en el propio pueblo dondestava alojado hizo su poblazión y fundación, por parezelle sitio y lugar acomodado para ello; y nonbrando alcaldes y rregidores y los demas oficiales a la rrepublica y haciendo otras cirimonias que en semejantes fundaciones se suelen hazer, puso al pueblo por nonbre la ciudad de Calamar, y al puerto, por tener, como e dicho, tanta similitud con el puerto de Cartaxena en España, se le puso Cartaxena. Despues uino a ser este puerto, Cartajena16, muy famoso y nonbrado, por acudir a el mas que a otro de Tierra firme, por su gran comodidad, las flotas que despaña vienen a Tierra firme; por donde la ciudad de Calamar uino a perder su primer nonbre y llamar por yntruduscion Cartagena; como por el contrario les a sucedido a muchos pueblos de las Indias, cuyos fundadores por su contenplacion les an puestos los nonbres de sus patrias y naturalezas, las quales nominaciones an perdido y cobrado el que por lengua de los naturales tenian aquella tierra y sitio desde los tienpos pasados, segun en algunas partes y lugares desta mi Istoria lo hallaran escrito y apuntado. En Tunja, del Nueuo Rreino, quel que la fundo la llamo Malaga, por ser natural de alli, y Baraquisimeto en Venencuela, que el que la fundo la llamo la Nueua Segouia, y otras que, como e dicho, se podran allar leyendo la Istoria, perdido el nonbre español y tomando17 el de sus naturales, por el contrario de lo que a la ciudad de Calamar le a sucedido, la qual, como dicho emos, que oy es llamada y lo sera mientras durare, Cartajena, y de aqui, asi mesmo, lo tomo la gouernacion generalmente, porque segun e rreferido, quando el Enperador hizo gouernador a Pedro de Heredia, no lo hizo de la gouernacion de Cartaxena ni de la de Canamar, mas de hazello gouernador de la tierra que auia y el poblase, desde el rrio de Santa Marta hasta el del Darien, y ansi me parece que queda bastantemente declarado mi proposito sobre el nonbre de ciudad, puerto y gouernacion de Cartaxena.

Despues de pasados algunos dias de como Pedro de Heredia fundo esta ciudad, acudio jente a hella de otras partes, y demas de esto estaua en camino pasajero y que los que yban y uenian a Piru pasauan por este puerto, en pocos dias se rreformo de muchos españoles, con que Heredia tuuo lugar de vsar a su plazer de su jurisdicion, y ansi tomo consigo quarenta honbres de a pie y de a cauallo y con ellos se metio la tierra adentro y fue a dar a vn pueblo de yndios de mucha caseria18 e yndios y moradores, llamado Turbaco19, questaua apartado de la mar o Cartaxena cinco leguas.

Luego que los yndios y moradores deste pueblo tuuieron noticia de la ida de los españoles, como jente que ya otra uez auian auido vitoria de españoles, porque en el auian muerto a Juan de la Cosa, como luego dire, tomaron las armas en las manos y, con grandes muestras de alegria, esperaron a que el Gouernador y los que con el yban los acometiesen. Llegaron los españoles y su gouernador Heredia a las ocho o nueue del dia, y como hallaron a los yndios puestos en armas, los unos por entrar, los otros por defender sus casas, fue entre hellos trauada la guazauara o pelea, en la qual dentranbas partes pelearon tan briosamente que sin que uitoria se declarase ni fortuna se mostrase faborable a ninguna de las partes, el trauajo grande que en el pelear abian los unos y los otros padecido, los forco que de conformidad se apartasen los vnos de los otros a descansar y a comer, que les fatigaua tanto el trauajo como la hanbre. Pasadas dos oras los yndios se leuantaron donde estaban y rreuoluiendo sus armas contra los nuestros les forcaron hazer lo mesmo, y tornando a pelear con el mesmo vigor que de antes, aunque la pelea turo un buen rrato, los yndios comenzaron primero a perder el animo y desmayar y pelear floxamente, lo qual rreconocido de los españoles, aprouechandose y vsando de la ocacion que la fortuna les ofrecia, cerraron con los yndios tan briosamente que les forcaron a bolver las espaldas y a desmanparar20 el pueblo, en el qual se metieron luego los españoles y saquearon todo lo que en el auia que saquear, pero no se detuuieron en el a dormir aquella noche, porque los yndios no se juntasen y diesen sobre hellos y los desuaratasen, y asi se uoluieron la propia noche la uia de Cartagena.

La uitoria questos indios de Turuaco ovieron de Juan de la Cosa, al qual, como e dicho, mataron, paso desta manera, segun lo rrelatan y quentan algunos españoles que ay de aquel tiempo.

Muchos años antes que Pedro de Heredia entrase en su gouernacion, salio de Santo Domingo Juan de la Cossa y Ojeda, entranbos por capitanes y con jente para esta parte de Tierra firme. Juan de la Cosa, segun el concierto, lo quentre los dos auia21, hera obligado a andar con su gente y nauios por la costa del Nonbre de Dios hasta Santa Marta, y Ojeda, con la jente que a su cargo hera, auia de descubrir y conquistar y auer los prouechos que pudiese por el rrio del Cenu ariua. Estando entranuos capitanes con sus nauios surtos y juntos en esta costa de Cartagena, y queriendo hazer alguna cosa memorable, salto en tierra Juan de la Cosa con asta docientos soldados aderezados, y metiendose la tierra adentro fue con ellos a dar a este pueblo de Turuaco, que tenia mucha y muy belicosa jente, la qual con otros uezinos y comarcanos suyos se junto, y dando con las armas en la mano sobre Juan de la Cosa y sus docientos soldados, fue entre hellos comencada vna muy rreñida pelea y muy sangrienta, dentranbas partes; pero como la jente y soldados de Juan de la Cosa hera toda uisoña y que rreputauan el ualor de los yndios por ygual al suyo, porque ueian algunos de sus conpañeros heridos y aun caidos, desmayaron tan de golpe que no bastaron las voces de Joan de la Cosa, su capitan, a animallos ni hazellos cobrar brio; el qual uiendo quan proxima estaua su perdicion, y creyendo que a lo menos oviera uigor en alguno de sus soldados para entretenerse con los yndios y dilatar la uitoria hasta ser socorridos, dixo a Diego de Hordas, manceuo y muy buen soldado y suelto peon: hijo Ordas, bien veis el peligro en que todos estamos, y quan cierta tienen los enemigos la uitoria, si no nos socorre el capitan Juan Ojeda, mi compañero; este auiso se le a de dar por vuestra mano, para que no perezcamos; por vuestra vida que aunque la herida que teneis es tan peligrosa y mala, que os animeis a caminar esta jornada, pues ueis lo que a todos nos ua hen ello.

Estaua Diego de Hordas atrauesada una pierna de una lanzada que en la guazavara se le auia dado; pero con todo esto se partio al momento para donde Ojeda estaua, y aun que el socorro vino tarde, todauia aprouecho algunos que escaparon por gran fortuna, porque los yndios, luego que Diego de Hordas se aparto, zerraron con los españoles confiados en su muchedunbre y dieronse tan buena maña o fauoresciole tanto la fortuna, que al primer tropel los desuarataron y mataron casi a todos, y entre hellos a su capitan Juan de la Cosa; tomaron biuos seis o siete españoles, y metieronlos dentro en los buhios, y alli los ataron de pies y de manos a los pilares de las casas. Otros soldados, a quien el tienpo y la fortuna ayudaron, se metieron por espesas montañas que zerca estauan y alli se estuuieron asta que vbo lugar de ponerse en saluo.

Diego de Hordas, con su herida, llego con arta presteza a donde Ojeda estaua; diole auiso de lo que iba, representandole la necesidad que de su fauor y ayuda tenian Juan de la Cosa y los españoles que con el estauan y lo mucho que iba en la tardanza. El capitan Ojeda se apresto con toda la breuedad posible, y con la jente que tenia se partio para el pueblo de Turuaco, donde Diego de Hordas auia dejado a Juan de la Cosa; llego a el al quarto del alua y hallo que su compañero hera muerto y sus soldados muertos y desuaratados; dio en el pueblo, y como los yndios estauan descuidados, no tuuieron lugar de boluerse a juntar con la presteza que les hera nezessario, y asi los avyento y echo de sus casas. Ojeda y los soldados que con el yban hallaron biuos los españoles que los yndios tenian atados en sus casas, y soltandolos, los boluio consigo, y a las boces que el y los demás soldados dauan, haciendo señal que si auia algunos soldados escondidos en las montañas y arcabucos saliesen, salieron los que se auian escondido, y juntos todos, luego, sin detenerse mas y antes que los yndios tuuiesen lugar de juntarse, dieron la buelta a la mar, y enbarcandose en sus nauios, se fueron la uia del rrio del Cenu, por donde Ojeda y su jente se metieron y ouieron tan desastrado fin como adelante se dira.

Es este Diego de Hordas el que despues desto se hallo en el descubrimiento y conquista de Mejico con Hernando Cortes, que después fue Marques22, y que prendio por su propia mano a Montezuma, rrey de Mexico, por lo qual y por lo mucho que en aquella conquista siruio, el23 Enperador le hizo comendador de Santiago y Adelantado del rrio Marañon, y que con jente subio el rrio de Uriaparia arriua, de donde le sobrevino vna bien desgraciada muerte, segun yo lo tengo escrito todo en la Istoria de la isla Trenidad y del rrio de Uriaparia, donde el que lo quisiere ber lo podra hallar escrito pia(do)samente.24(A).

NOTAS AL CAPITULO II

(A) El Juan de la Cosa cuya trágica muerte relata en este Capítulo el Padre Aguado, es el célebre navegante y consumado cosmógrafo que trazó el primer mapa-mundi en el cual se representa el Continente americano. El mapa señala los países de América conocidos hasta 1500, así como los territorios de Europa, Asia y Africa, y tiene el siguiente epígrafe: «Juan de la Cosa lo fizo en el Puerto de Santa María en el año de 1500.»

Refiriéndose á ese mapa, el autor de estas notas ha dicho en otro lugar:

«El mapa de Juan de la Cosa, hecho, sin duda, cuando este navegante regresó de la expedición de Ojeda, está fechado en el Puerto de Santa María en 1500, y es una carta plana, en la que se representan las costas del Antiguo y del Nuevo Mundo. Desaparecieron los ejemplares de este mapa que existían en España, que eran cuando menos dos, el de la Casa de Contratación y el que tenía en su poder el Superintendente de Indias y Obispo de Burgos D. Juan Rodríguez de Fonseca; pero habiendo adquirido uno de ellos, en 1832, el Barón de Valkenauer, de la testamentaría de éste lo rescató el Gobierno español, y hoy se conserva en el Museo Naval. Ha sido publicado varias veces. Con posterioridad á 1500, hizo Juan de la Cosa, cuando menos, otras dos cartas, pero de ellas no hay más noticias que la de haber sido pagadas por la Casa. – Es de advertir que aunque la primera carta de Juan de la Cosa tiene fecha de 1500, debió aquél continuar trabajando en ella, corrigiéndola y adicionándola, y así se explica que contenga el trazado de costas descubiertas con posterioridad. Algunas de esas correcciones y adiciones, como lo descubierto por Cabot en el litoral del Brasil, desde el Cabo de San Agustín (8° latitud Sur) hasta el Cabo Frío (23° 30 latitud Sur) fueron hechas por Américo Vespucio.» – (Jerónimo Bécker: Los estudios geográficos en España; Madrid, 1917.)

CAPITULO TRES

Como el gouernador Pedro de Heredia junto ciento y cinquenta honbres, y se metio a descubrir la tierra adentro, y llego al primer Cenu.

Pasados algunos dias de como el gouernador Pedro de Heredia obo desuaratado al casique e yndios de Turuaco, se hallo con mas copia de españoles, de los que cada dia yban dejando algunos nauios que tocauan en Cartaxena, y asi, con mas numero de soldados que antes, salió a correr25 la tierra comarcana a Cartaxena y pascificar los naturales que hen ella auia poblados, entre las quales poblacones desta uez andubo dos meses con sus soldados, y como la jente desta prouincia generalmente es uelicosa, muchas ueces en diuersos pueblos tomaron las armas contra los españoles, aprocuraron26 desuaratallos y echallos fuera de la tierra; pero ninguna cosa les presto, porque Pedro de Heredia hera honbre vien afortunado en guerras de yndios, y los soldados que lleuaua heran los mas dellos honbres antiguos en las Indias y que en otras partes se auian ya visto en peleas de yndios, a los quales llaman baquianos o ysleños, y asi dieron todos muestras de buenos soldados en las uitorias que contra los yndios esta uez ouieron; y ansi Pedro de Heredia, sin rreceuir casi daño ninguno, constriño y forco muchos pueblos de yndios a que rreciuiesen y admitiesen su amistad y confederacion, lo qual fue echo y efetuado por ellos y le fue guardada con toda feledelidad27 y uerdad por el gouernador y sus soldados, que fue muy gran causa de que otros muchos pueblos de indios hiziesen lo mesmo y se ynclinasen abrazar la paz y amistad de los españoles; porque Pedro de Heredia demas de que hazia conseruar la paz y amistad a los yndios, tenia especial cuidado en mirar por su buen tratamyento y no consentia que se les hiziese ningun daño ni demasias ni otras biolencias y fuercas que algunos ynconsiderados soldados les solian hazer, y aun oy les harian si la mucha justicia que el Rrey tiene puesta para rremediar estos ecesos, no les fuesen a las manos con rregurosos castigos.

Boluiose despues al tiempo dicho a la ciudad de Cartaxena el Gouernador y sus soldados, y hallo alli al capitan Mena y al capitan Sosa, que uenian de Piru e yuan a dar auiso al Enperador del suceso y descubrimiento de Piru echo por Francisco Picarro, el qual en batalla auia preso a Guaynacapa, rrey de aquella tierra, y desvaratado con vna conpañia despañoles las ynumerables jentes queste baruaro auia juntado para dar batalla a los españoles y echallos de su tierra; pero fauoresciendo Dios ynmortal a los de Francisco Picarro, les dio vna uitoria de la qual quedara perpetua memoria en el mundo, y ansi se detuuieron en este puerto poco los dos Capitanes, prosiguiendo su derrota y uiaje.

El gouernador Heredia se determino, despues que se uido con alguna copia de gente, de hazer vn descubrimiento y jornada la tierra adentro, para el uerano del año uenidero de treinta y cinco; y por que auia de quedar poca guarnicion de gente en el pueblo, hizo el Gouernador que se hiziese vn cercado de tapias e palenque de tierra, a manera de fuerte, en que la gente se rrecojiese si fuese necesario y estuuiesen sseguros de las asechancas y fuerca de los yndios. Hizosse el fuerte entre el propio pueblo de Cartaxena y la rriuera y costa del mar que cae a barlouento, en pocos dias, porque todos los soldados, por principales que fuesen, trauajauan y ayudauan a hello, no solo con sus pareceres y presencias, pero atualmente con sus propias manos, haciendo lo que en semejantes lauores y trauajos suelen hazer los28 comunes trauajadores y jornaleros; y lo que mas de loar es que el mismo Governador, no despreciandose de lo que le hera tan desigual, hazia lo mesmo que los otros soldados, poniendo por su persona y trauajo todo calor en29 fabricacion del fuerte, el qual fue echo en bien pocos dias; y puestas todas las cosas en horden y concierto, asi para lo que auia de quedar en Cartaxena como lo que auia de lleuar consigo, salio de Cartajena despues de la fiesta de los Rreyes con casi ziento y cinquenta honbres, entre los quales yban señalados y diputados para las necesidades que en el camino se ofreciesen veinte soldados macheteros y azadoneros, questos lleuauan a cargo machetes y acadones para abrir el camino o caminos y aderezar pasos por30 aquella espesura de la montaña y fragosidad de las sierras, rrequerian yr aperceuidos desta manera. Ansi mismo yban en la conpañia treinta honbres de a cauallo, que son la fuerca principal para la guerra y anparo de los españoles, por ques ya cosa muy aberiguada en las Indias que adonde no se llevan cauallos para la guerra de los indios no puede dejar de auer gran rriesgo y peligro y trauajo demasiado para los españoles31. Toda la otra jente heran rrodeleros y ballesteros.

Metiose la tierra adentro, tomando por derrota la uia del Poniente, y llegando a diuersas poblacones tuuo muchas guazauaras con los indios y moradores de los pueblos do llegaua, en las quales le mataron algunos españoles y le hirieron muchos. Especialmente le pusieron en aprieto en vn muy gran pueblo, que casi todo vn dia y una noche turo la pelea, donde pusieron en grande tribulacion y cuidado a los españoles: tomaronles vn soldado a manos y lleuaronselo uibo, y alla le dieron la mas cruel muerte que pudieron, y mataron otro en la pelea y hirieron otros asi de a pie como de a cauallo. De los ginetes salieron heridos en esta guazauara Alonso Montañes, sobrino del Gouernador, y Ponze, alguazil mayor, y Martin Niañez Tafur, que se quisieron señalar mas que otros en la pelea, y aunque salieron mal heridos y estuuieron de las heridas en peligro de muerte, no murio ninguno de los tres, pero quedo Tafur medio ciego de un flechazo que le dieron en una zeja. Pero con todo este trauajo ouieron vitoria de los henemigos, y pasando adelante nunca les falto guerra de yndios, que auia poblados junto al camino que lleuauan.

Caminando vn dia los españoles y su Gouernador por vn arroyo seco y muy falto de agua, por lo qual y por el gran calor, yban los soldados muy fatigados de sed, hallaron en las uarrancas deste arroyo vn poblecuelo de yndios cuyos moradores del vyeron, y dellos32 con su casique o principal se hizieron33 fuertes en vn buhio, y alli procuraron defender sus personas obstinadamente. El Gouernador, por euitar el daño del casique e yndios que dentro el buhio estauan, procuro con los ynterpretes y lenguas que tenia, llamar de paz al barbaro y a sus yndios, que pretendian con sus rrusticas armas permanezer en vna casa (de) paja y tal que con sola vna centella de fuego que sobre hella cayera, perescieran y fueran abrasados todos los que dentro estauan, en lo qual el Gouernador puso tanta dilijencia y calor que casi mitigo en alguna manera la furia de los baruaros, porque a las uozes que el Gouernador daua por medio de los ynterpretes, diciendo a los yndios y casique que en el buhio estauan enzerrados, que no obiesen temor ninguno, sino que saliesen fuera, que el los rresciuiria en su amistad, el casique saco las manos fuera del buhio por la puerta, que era pequeña, y en ellas vna criatura de hasta siete v ocho meses, y uiendo el Gouernador aquella nouedad e ynvencion de aquel barvaro, le pregunto que para que efeto sacaua aquella criatura34; rrespondio que se la daua para que comiese. Admirado Heredia de la bestialidad del barbaro, le dijo que el y los que en su conpañia venian no comian muchachos ni yndios ningunos, ni tal hera su pretension; a lo qual rreplico el yndio ynterrogando que le dijesen de que se sustentauan aquellos honbres cuyos aspectos ysemejables35 a hellos jamas el no auia bisto. El Gouernador le dijo que su mantenimiento hera carne de puercos y de venado, y oro. Entendido esto por el casique, al momento arronjo fuera del buhio vna chaguala de oro fino que pesaua ocho libras, y le dijo: toma, comete ese oro, que mientras eso comieres estaremos seguros yo y mis yndios de que no nos comeras tu ni tus conpañeros. El Gouernador se alegro con el manjar, y haziendo nueuos alagos a los yndios y al casique, los hizo salir fuera del buhio y se llegaron donde el estaua, a los quales pregunto quien le hauia dado aquella chaguala o donde la auia auido; el qual le dijo, que su mayor, el casique del Senu, le avia dado aquella chaguala, y que si querian mas oro quel los lleuaria al propio Senu, donde auia mucho.

Pedro de Heredia, que no era menos cudicioso que las otras jentes, antes mas que algunos de los que en su conpañia yvan36, se holgo en gran manera de oyr la buena nueua y rrogo al casique con grande ahinco que lo lleuase con breuedad a tan felize lugar, haziendo de nueuo ynterrogaciones y preguntas sobre la grandeza del oro al mismo casique, y si el Cenu donde le decia que auia aquel oro, estaua lejos o cerca, y que cantidad de oro podrian auer del; y fuele rrespondido que hera grande la suma de oro que en poder de aquel casique y sus yndios auia, ansi en las sepulturas de los muertos y entierros, como sobre la tierra, pero que aunque el camino hera corto, que el no se atreuia andallo por su cargada vejez, mas que para guia le daria vn hijo suyo, muchacho que le lleuaria por uia derecha donde tanto deseaba.

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