bannerbanner
Renovar los procesos educativos en la sociedad del conocimiento digital
Renovar los procesos educativos en la sociedad del conocimiento digital

Полная версия

Renovar los procesos educativos en la sociedad del conocimiento digital

Язык: es
Добавлена:
Настройки чтения
Размер шрифта
Высота строк
Поля
На страницу:
4 из 5

Otro aspecto que requiere cambios del modelo organizativo es el de la temporalización del proceso de aprendizaje. El sistema educativo superior ha estado tradicionalmente enfocado a atender a jóvenes estudiantes cuando finalizaban sus estudios secundarios. En estos momentos en los que la sociedad del conocimiento exige la formación continua de todos los que están inmersos en el proceso productivo, la preparación que proporcionan las universidades ya no puede estar ni exclusiva ni fundamentalmente enfocada a la formación de estos jóvenes, sino a extenderla a todos aquellos que quieran aprovechar sus enseñanzas a lo largo de sus vidas. Esto también supone el ingreso a la educación superior de muchos de sus egresados, tanto para seguir estudios de postítulo y postgrado, como para cambiar la orientación disciplinaria que ya habían adquirido. Llevar adelante este cambio supone modificaciones profundas del sistema organizativo, permitiendo vías mucho más flexibles de asimilación entre los distintos estudios, entre los diferentes programas y entre la universidad y el mercado laboral. La multidisciplinariedad y la intercomunicación de los programas educativos es una necesidad que debe plantearse dentro de los nuevos modelos organizativos de las instituciones de educación superior.

Dos conceptos son fundamentales en este cambio que debe ir adquiriendo el sistema de educación superior:

•Un cambio en cuanto a la modernización e innovación de la gestión y organización de las instituciones, con un nuevo rol del jefe de escuelas cuando varios departamentos son integrados en una escuela. Las funciones de los decanos pasan a ser ejercidas por vicerrectores de amplios ámbitos disciplinarios. Todo esto debe permitir un trabajo más colaborativo entre los académicos y administrativos.

•Un cambio en cuanto al concepto de facultad, la cual debe estar más ligada a la interdisciplina, con escuelas interdisciplinarias. En esta innovación administrativa los departamentos se agrupan formando una escuela para un mejor proceso de enseñanza y aprendizaje basada en conocimiento multidisciplinario.

La reorganización y gestión en las universidades británicas para la innovación en la educación ha puesto énfasis en el desarrollo multidisciplinario. El procedimiento consistió en integrar varios departamentos en una escuela con el objetivo de crear nuevas carreras e innovar los currículos. Esta nueva entidad, de carácter mucho más interdisciplinario, retroalimentó un cambio en los sistemas de evaluación y en el diseño de la entrega de contenidos y conocimiento para así poder garantizar la buena calidad de la educación. El comité de educación a nivel de la universidad muestra la organización y las funciones de diferentes actividades. Un ejemplo es el caso de la Universidad de Newcastle, que ha adquirido una nueva organización consistente en comités de facultades, comités de educación de escuelas y subcomités que cumplen diferentes funciones académicas. Esta nueva estructura de gobierno de la universidad está enfocada en un sistema colaborativo, destinado a sustentar el trabajo en equipo entre los académicos, administrados y estudiantes para monitorear y resolver los problemas de las diferentes actividades académicas.

Comité de Educación Universitaria

Facultad de Ciencias Médicas,

Comité de Educación de la Facultad

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales,

Comité de Educación de la Facultad

Facultad de Ciencias, Agricultura e Ingeniería,

Comité de Educación de la Facultad

Comité de Educación de la Escuela de Ingeniería

Ingeniería Química, Junta de estudios (Board of Studies)

Ingeniería Civil, Junta de estudios

Ingeniería Eléctrica y Electrónica, Junta de estudios

Ingeniería Geoespacial, Junta de estudios

Ingeniería Mecánica y Tecnología Marina, Junta de estudios

Estos subcomités reportan, aprueban y dependen del comité de la universidad

Subcomité para mejorar la tecnología del aprendizaje

Subcomité de espacios para el aprendizaje y enseñanza

Subcomité de investigación de postgrado

Subcomité de experiencia de los estudiantes

Subcomité de programas de enseñanza

Subcomité de educación interprofesional

(Cross Faculty Education)

Subcomité del panel de apelaciones académicas

Subcomité de apelaciones y disciplina estudiantil

Otra iniciativa al nivel nacional de gobierno está en el parlamento inglés, donde se organiza continuamente eventos de debate de innovación en diferentes áreas del conocimiento en el país con la participación de científicos, académicos, representantes de empresa e industrias, negocios y políticos, etc. En este debate (Westminster fórum proyects) se sugieren estrategias y políticas para el desarrollo del conocimiento en el país9.

Innovación sobre la enseñanza y el aprendizaje

Hasta finales de la década de los 80, la investigación sobre la docencia universitaria estuvo fundamentalmente centrada en el análisis a nivel micro de metodologías y procesos innovadores. Se consideraba que la innovación y el cambio se producían de forma personal a través de las modificaciones realizadas por determinados profesores (el caso de España y Latinoamérica). En el Reino Unido es diferente, ya que los procesos innovadores en educación, los cambios, así como las políticas, estrategias y el debate sobre los procesos innovadores y los estándares de calidad de la educación son iniciativas del gobierno, del QAA, de organizaciones de control de la calidad de las universidades, académicos, industria y colegios profesionales. Esto no niega la iniciativa personal en el cambio, pero centra la atención en la innovación dirigida e incentivada desde las instituciones. A este respecto, Hannan y Silver (2005: 161) establecen la existencia de siete tipos distintos de innovación que las investigaciones deben llevar asociadas para la mejora del conocimiento en cada uno de los temas mencionados. Son las siguientes:

•Innovaciones individuales y de grupo. Relacionadas con el aula y el curso, responden directamente a las necesidades de los estudiantes y a los asuntos profesionales (seminarios dirigidos por los estudiantes, simulaciones de laboratorio, etc.).

•Iniciativas disciplinares. Están patrocinadas por asociaciones y grupos profesionales.

•Innovaciones que responden a la educación por medios tecnológicos. Aprovechan las nuevas tecnologías y adquieren o desarrollan materiales asociados.

•Innovaciones provocadas por el currículo. Están implementadas para satisfacer las necesidades de la estructura modular y/o semestral y para responder a cambios de contenido de los campos de estudio y de los desarrollos interdisciplinares.

•Iniciativas institucionales. Incluyen las decisiones de normativa diferente y los procesos de desarrollo profesional.

•Iniciativas sistémicas. Contemplan la creación de un gobierno en las nuevas universidades o comités diferenciados y adaptados a cada institución.

•Derivados sistémicos. Emergen dentro de las instituciones de educación superior como resultado de la normativa y la praxis en todo el sistema.

Al buscar evidencias en los procesos de cambio, Cuban (1999) considera que la innovación en este nivel educativo ha llegado a significar un proceso planeado para introducir un cambio orientado hacia nuevas mejoras para una persona, un curso, un departamento o la educación superior en su conjunto y su contexto. Este tipo de innovación, aunque utilizado como único concepto, puede no tener las mismas implicaciones para el profesor que para el alumno. No existe una relación necesaria entre ambos. Una innovación en los procedimientos de enseñanza y aprendizaje del estudiante puede ser independiente de cualquier tipo de enseñanza en su sentido tradicional. Precisa de elementos de análisis y medida, aspecto que apenas se ha tenido en cuenta.

En los últimos años, la creación del Espacio Europeo (proceso de Bolonia) de Educación Superior (EEES) ha generado un necesario debate sobre el sistema formativo utilizado por las universidades; de hecho, la forma de impartir la docencia apenas ha sufrido cambios en la mayoría de ellas. La búsqueda de nuevas metodologías y tecnologías más acordes con la formación que debe recibir un estudiante universitario es necesaria y urgente. La reforma universitaria a nivel europeo es un acuerdo que en 1999 firmaron los ministros de educación de diversos países de Europa. Se trataba una declaración conjunta (la Unión Europea no tiene competencias en materia de educación) que inició un proceso de convergencia que tenía como objetivo facilitar el intercambio de títulos y adaptar el contenido de los estudios universitarios a las demandas sociales. Por ello, dentro del sistema universitario español, el uso del concepto de innovación se vincula a la transferencia de conocimiento pero también a la innovación del propio sistema formativo. En los últimos años, la mayor parte de las universidades han creado vicerrectorados relacionados con la innovación en la docencia y han generado servicios que han adoptado nombres muy diversos: centro de innovación, factoría, servicio de innovación, gabinete de innovación, unidad de innovación, etc. En la mayoría de los casos, la innovación se asocia a cambios metodológicos muy relacionados con el EEES y con el soporte en el uso de las TIC en la formación.

En nuestra opinión, es preciso tener una visión sistémica de la innovación. No podemos pensar que esta se produce solo a partir de la incorporación de la tecnología, concepto este muy arraigado en el ámbito educativo que ha conducido a enormes errores de apreciación y desarrollo. La tecnología ha sido contemplada, en sí misma, como un factor de innovación. Sin embargo, el verdadero cambio apenas se ha producido porque la tecnología muchas veces se utiliza sobre las mismas orientaciones metodológicas que han sido útiles en la sociedad industrial pero que tienen poco que ver con la sociedad digital. El uso cada vez más generalizado de la red no necesariamente implica la modificación de prácticas ni la incorporación de nuevas dimensiones del aprendizaje. Con pocas excepciones, esta mayor presencia de la tecnología tiende a imponer un modelo educativo centrado en los contenidos, traspasando lo presencial en la red. Como señala Himanen (2002): «La academia tiende a modelar su estructura de aprendizaje tomando como base el modelo monástico del emisor-receptor. Ironía que, por lo demás, no hace sino amplificarse cuando la academia empieza a construir una “universidad virtual” y el resultado es una escuela monástica informatizada».

La mayoría de los modelos formativos sigue tomando como base modelos de enseñanza tradicional en que lo importante es transmitir información. Los estudiantes acceden a los contenidos de sus profesores a través de la red sin que haya mayor mediación o valor «añadido» en el proceso de aprendizaje. Esta es precisamente una de las causas por las cuales muchas iniciativas alrededor de la formación online (la gestión y evaluación en el aula de clase online está presentada en el capítulo VI) han fracasado. De hecho, el planteamiento de la formación centrada en los materiales sin que haya una mediación importante y un acompañamiento durante el proceso conduce al fracaso. La presencia del docente en la red y la interacción social generada entre los estudiantes es un elemento clave para el aprendizaje.

El entorno económico y tecnológico: la complejidad

Se habla mucho hoy en día de la complejidad del hacer productivo y de los mercados que permiten fluir a los productos. El concepto de «complejo» se liga específicamente a la teoría económica. En efecto, se describe a la economía como un sistema complejo social. La atribución de esta descripción se debe a Friedrich von Hayek10. Un sistema complejo se define como un sistema carente de control central y en que la actividad llega a puntos de equilibrio a través de «comportamiento emergente» (emergent behaviour)11. La teoría de Von Hayek (Von Hayek 2004) es que un mercado es un sistema complejo donde la existencia de información (precios) resulta en acuerdos entre los entes llegando a una especie de orden (la «mano invisible» de Adam Smith). El análisis matemático de los sistemas complejos más reciente (la teoría de caos) nos enseña que dichos equilibrios son más bien transitorios y efímeros. Sin embargo, la comprensión de los sistemas complejos subyace a la interpretación actual de eventos y procesos económicos.

Además de los economistas, los ingenieros y los científicos son a menudo los mejor situados para entender estos procesos, dada la incertidumbre inherente en la ciencia y el hecho de la prevalencia de sistemas complejos en la ciencia y la sociedad. Ejemplos de sistemas complejos existen en economía, sociología, matemáticas, física, neurología, biología e ingeniería. Recientes ejemplos existen también en sistemas de transportes y comunicaciones. El estudio de estos sistemas es importante, y aunque son no lineales y no previsibles, se puede observar cómo funcionan a través de modelos en los que se pueden estimar las clases de comportamiento inherentes a un sistema y preparar estrategias para enfrentar cambios abruptos en las circunstancias económicas.

Un ejemplo de investigación y desarrollo de sistemas complejos está constituido por las redes de comunicación en colaboración con British Telecomunicación (BT) (Pointon, Carrasco and Gell 1996). El problema se originó con una agencia de viajes en una pequeña ciudad, la cual publicó una oferta de vacaciones de costo bajo y competitivo y, como consecuencia de la misma, el número de llamadas telefónicas aumentó exponencialmente creando inestabilidad en las redes de comunicaciones, en las cuales este efecto se propagaba a través de la infraestructura produciendo un colapso de la red. Para comprender este comportamiento del sistema, el objetivo fue modelar el comportamiento de las redes de comunicaciones con un intenso tráfico y la evaluación de un modelo no lineal que consiste en una compleja conectividad de elementos (interruptores). El modelo representa el flujo de datos a través de una compleja red heterogénea con un rango de comportamiento que incluye varios estados (estado estable, inestable caótico y no balanceado). El flujo de tráfico se puede controlar y caracterizar por una matriz representando datos estadísticos y analíticos. Esta información del comportamiento dinámico de la red se usa para manejar el flujo de datos basada en el enrutamiento de tráfico adaptivo. Los resultados muestran un ejemplo de cómo puede sobrevivir un sistema complejo, lo cual se puede extender a los cambios bruscos que proporcione la economía global.

La falla de muchas economías es la percepción de la necesidad de «revoluciones», o sea de cambios bruscos impuestos por decisiones políticas, cuando la teoría de sistemas complejos nos enseña que cambios pequeños pueden tener consecuencias mayores. La falla fundamental atribuible a los discípulos de la Universidad de Chicago era su fe absoluta en los equilibrios, cuando estos son en realidad más bien efímeros.

Tecnología y futuro de la industria

La esencia de una economía del conocimiento es la existencia de una tecnología para adquirir, compartir y aplicar dicho conocimiento. La tecnología que prevalece es la informática, que está produciendo avances significativos en la automatización, llevando a la creación de robots y dispositivos inteligentes. La velocidad de procesamiento, la capacidad de memoria de los computadores y el potencial de comunicación digital reunidos en la informática en nube (cloud computing) a través de la eficiencia de hardware, software y algoritmos, han creado oportunidades para mejorar los procesos de negocio y generar riqueza. Los resultados incluyen automóviles y casas smarts. Lo mismo en el caso de aviones, utensilios de cocina, equipos y dispositivos para la salud, elementos de apoyo para la educación y métodos de producción, como asimismo infraestructura de transporte y de suministro de energía, etc. Ninguna de estas cosas, en su mayor parte, había cambiado significativamente desde mediados del siglo XX.

Algunos denominan a todo este intenso proceso de innovación como «cuarta revolución industrial» o «industria 4.0», que lleva la automatización y el intercambio de datos a un nuevo nivel, estableciendo sistemas ciber-físicos en el espacio del internet de las cosas (IoT) y el big data.Todo ello implica cambios inéditos por la dimensión de su impacto y su velocidad vertiginosa. No solamente han cambiado la organización de las empresas y los nuevos modelos de negocios que requieren utilización de las últimas tecnologías, sino también hemos cambiado nosotros mismos en el modo de conectarnos e interactuar. Otro importante progreso en el desarrollo tecnológico y la computación es la inteligencia artificial12.

La inteligencia artificial (IA) es supuestamente la demostración de función cognitiva implementada en máquinas o computadores, en contraste con la inteligencia natural mostrada por el ser humano y otros animales. En la ciencia de la computación, la IA investiga y es definida como el estudio de «agentes inteligentes». Hay que reconocer que la inteligencia realizada por una máquina es enfáticamente «artificial», lo cual quiere decir que deja en cuestión si acaso la IA es en realidad «inteligencia», ya que está basada en el cálculo repetido y en abstracciones numéricas y lingüísticas tratables por medio de máquinas (Carrasco & Riveros 2020). El cálculo en su entorno está basado en teorías del funcionamiento del cerebro; teorías que, en cualquier caso, carecen de evidencia sólida en su apoyo. Aunque el debate sobre la credibilidad biológica de la IA sigue, es cierto que ha proporcionado nuevos modelos de tratamiento digital de datos que demuestran habilidades de aprendizaje y resolución de problemas.

La automatización y la robótica en procesos de manufactura o servicios proporcionan bastantes ventajas a nivel económico, social y tecnológico, y son muy importantes para la competitividad en cualquier industria. La automatización puede aumentar la capacidad de producción y responder con más agilidad a las exigencias de los clientes. También ofrece varias ventajas, por ejemplo, puede disminuir los costes de fabricación y aumentar la eficiencia de los procesos productivos al remplazar al hombre en trabajos de gran esfuerzo que ponen en peligro su integridad física y disminuye el impacto de beneficios salariales y no salariales.

Todos estos elementos y progresos que se han mencionado, tienen serias y profundas implicancias para la educación. Por una parte, porque ella misma está cambiando, en la medida en que existen nuevas tecnologías que permiten realizar el proceso educativo de una manera más efectiva y eficiente. Por otro lado, porque esta serie de cambios profundos en el hacer social, marcados por la gran innovación tecnológica, demanda una educación capaz de formar individuos aptos para esa nueva realidad social y productiva. Siguiendo la vieja acepción de que la educación es un proceso de adaptación a la realidad social, hoy día, siendo eso así, tenemos que hacernos de una educación capaz de preparar individuos que impulsen la continuación de esa cadena de cambios.

Súper-inteligencia y la singularidad

Los nuevos avances exponenciales de la ciencia, particularmente la informática, y el manejo de la materia a niveles atómicos y la nanotecnología, pueden ser lo que defina el futuro. Ellos permitirán la salvación de muchos problemas de la humanidad, a la vez que representan la declinación inevitable de la sociedad industrial, mundo en el que se localiza actualmente el debate científico y filosófico. Christopher Bennett y Nick Bostrom (Bostrom 2016) describen el concepto de súper-inteligencia poshumana que es implementada completamente en una computadora. Modelada y simulada en el uso artificial del cerebro humano, o en sistemas computacionales, o en un híbrido de sistemas computacionales y cerebros en una forma de inteligencia colectiva, esta estructura llevaría a una tecnología aún más poderosa, y esta, a su vez, a una inteligencia superior.

Cuando se menciona la IA, la pregunta que muchos hacen es si acaso los robots van a conquistar a los humanos. Puesto que la inteligencia es «artificial», ello es dudoso por el momento y posiblemente para muchos años más para que ello pudiera así ocurrir. Lo que es cierto es que la automatización va a resultar en la pérdida de puestos de trabajo, proceso ya bien establecido, el cual proseguirá sistemáticamente13. Sin embargo, seguimos sin ideas claras sobre en qué consiste la inteligencia o la conciencia, y hasta que se resuelvan estos misterios no tendrá lugar «la singularidad». Además, estos mismos desarrollos constituyen una manifestación de lo necesario que es una educación moderna que prepare al ser humano para enfrentar adecuadamente la modernización asociada al progreso de la IA.

La disciplina de la cibernética, de la cual emergieron las ideas sobre IA en los años 50, proporciona una manera de entender por qué la IA sigue limitada, y también por qué nuestra comprensión de la economía deja mucho de desear. Una de las figuras de la cibernética (William Ross Ashby 2004) desarrolló la primera ley de la cibernética, la llamada «ley de variedad requisita». Esta ley dice que el modelo de un sistema debe de tener tanta variedad (es decir, complejidad) como el sistema modelado. En el caso de la IA, las redes neuronales se basan en la teoría conexionista de la inteligencia, que dice que la inteligencia está codificada en las conexiones entre las neuronas del cerebro. Considerando que hay billones de neuronas en el cerebro humano (estimaciones que van desde 12 a 120), la conectividad entre ellas no se conoce. Aunque la computación en nube nos proporciona rapidez y distribución de recursos, sería casi imposible realizar una red neuronal en ellos similar a la humana. Eso aparte de que no tenemos idea segura de que el conexionismo representa un modelo adecuado de la inteligencia. Hay muchos que creen que la inteligencia es un fenómeno cuántico, y de momento hay ausencia de equipo para probar si ese es el caso.

La falla de la educación

Todo lo anterior muestra que la educación y la formación enfrentan grandes retos si verdaderamente las economías de los países en desarrollo desean dar el salto hacia una sociedad del conocimiento. Este reto implica un salto en materia de calidad de la educación, lo cual significa, en el contexto del tema que abordamos, una vinculación más estrecha entre el diseño y la tarea del sistema educativo, y las necesidades de la sociedad en todo terreno. Hay aquí retos para la educación general, que debe formar a las nuevas generaciones en la perspectiva del cambio económico y social que el país debe transitar, además de proveer un marco adecuado para el desempeño ciudadano de las nuevas generaciones. La educación general debe preparar a las nuevas generaciones para entender la magnitud de los retos que prevalecen en materia de modernización y avance científico. Y en el caso de la educación superior, el sistema debe preparar los nuevos contingentes profesionales con adecuada formación en ciencia y tecnología, y en las implicancias de esa sociedad del conocimiento a la que se aspira, para la formación en todos los campos disciplinarios. Esto es especialmente relevante en el caso de las tecnologías y la ciencia, donde las entidades educativas deben procurar un acercamiento directo entre la investigación básica y aplicada y la enseñanza, y una permanente puesta al día de los contenidos. La dificultad que envuelve este reto se acrecienta al considerar que la formación humana, todo aquello que tiene que ver con la interpretación de la sociedad y su evolución, también debe ser parte integrante de esa educación necesaria.

El reto que enfrenta la educación demanda una transformación importante en la estrategia formativa. Ello posiblemente requerirá cambios en la forma tradicional de enseñanza y hasta en la propia organización de las entidades educacionales. Requerirá también cambios importantes en el diseño curricular y en la forma en que los profesores se desempeñen frente a los estudiantes: habrá la necesidad de nuevas metodologías y formas de organizar la docencia para que sea activa y productiva. Es decir, la educación debe prestar mucha mayor atención a la calidad, demandando así cambios importantes en materia docente y curricular.

Como se ha planteado más arriba, la educación superior latinoamericana enfrenta severos retos para contribuir a la modernización productiva de los países, y liderar el cambio que debe experimentar la educación como un todo. Ello demanda reformas importantes en materia de estrategia formativa, desarrollo curricular y métodos pedagógicos, además de una mayor atención al desenvolvimiento de la investigación y la innovación. Por el contrario, los países han orientado sus políticas al crecimiento en la cobertura, sustentados en un argumento político que responde a incentivos de corto plazo, pero desatiende el rol de largo plazo de la educación. Ciertamente, el crecimiento en la cobertura de la educación preescolar, básica y media obedece a objetivos de tipo social, considerando la necesidad de integrar adecuadamente a todos los actores. En el caso de la educación superior, la cobertura per se no constituye un objetivo del todo válido, puesto que la cuestión aquí reside en la relevancia formativa en las distintas áreas profesionales y técnicas.

На страницу:
4 из 5